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Las plumas de Gardel y otras tanguerías
de
Reinaldo Spitaletta
Víctor Bustamante
Este libro, Las plumas
de Gardel y otras tanguerías, fue escrito con paciencia, como si poco a
poco, en sus diversas crónicas, su autor fuera adentrándose y develando ese
territorio del tango, y, sobre todo, la presencia en Medellín de ese cantor,
Carlos Gardel, que aun arrasa en el lugar que sea escuchado. Y no es para
menos, el libro interroga pormenores acerca de su paso trágico por la ciudad,
no en vano ausculta su exégesis en mito ciudadano, y a medida que lo vamos devorando
el libro aparecen las diversas maneras de su aceptación en la ciudad, uno de
ellos el testimonio del estudiante Jaime
Rodríguez, que ha palpado su cadáver, y lo ha adecuado para llevarlo al ataúd. Pero
como los mitos permiten las dudas aparece el relato de otro médico que asegura que
ese no era Gardel, por algo específico, faltaron más pruebas. Así prosigue una crónica
narrándonos la fantasía nunca tropical del lugar de nacimiento de Carlitos, del
Inoxidable digo, en Tacuarembó.
Spitaletta interroga las diversas vicisitudes del cantor
argentino en Medellín, la logia de amigos que lo asumieron como su ídolo, los lugares
donde perdura su memoria, sus adeptos a ultranza, por supuesto, que en esa logia,
el autor es uno de ellos, aquel que sirvió como testigo de estas deliciosas crónicas
que nos recuerda como aún existe mucho Gardel en la ciudad.
Cierto, Spitaletta ha trasegado por diversos lugares de la ciudad,
así como ha indagado con los últimos testigos, en primera línea del tango, también
nos ha narrado la búsqueda de aquellos tangos que expresaron a Buenos Aires con
bellas metáforas que sirvieron de pretexto para ir a buscarla allá en el sur.
En esta nota introductoria hemos sido testigos de la aparición
de un libro de tango en Medellín, talvez el más sentido este año. El autor ha
sido acompañado por su gran amigo Memo Ánjel quien le ha servido de partenaire
y a la vez de contrapunto no solo el tango sino en sus diversos libros y
proyectos literarios escritos a dos manos. En este video podemos notar la sapiencia,
el afecto y la presencia del tango en la ciudad en las palabras de Spitaletta.
Es cierto, al morir Gardel en la ciudad, dejó una parte,
hasta el punto en que fue adoptado como nuestro. Spitaletta no ha dejado que alguna parte de
esa historia se pierda.