sábado, 30 de junio de 2007

Un gordo vacío dejó Aníbal


Un gordo vacío dejó Aníbal

Una emotiva ceremonia en Campos de Paz para decir adiós al amigo. Amigos y familiares despidieron al tanguero Aníbal Moncada.



John Saldarriaga



El viernes, después de las nueve y media de la noche se fue regando por Medellín la noticia: se murió el Gordo Aníbal.
A las 10 pasadas, la mala noticia llegó a uno de los escenarios del Festival Internacional de Tango. El secretario de Cultura, Jorge Melguizo, fue el portador de semejante mensaje. Lo transmitió al presentador, quien pidió un minuto de silencio. Pero la reacción espontánea de los presentes fue: "¡de silencio, no: de aplausos!" Y en efecto lo aplaudieron durante sesenta segundos.
Y así, durante la noche, algunos amigos se fueron dando cuenta de la noticia, que esperaban, sí, porque José Aníbal Moncada Arenas venía enfermo desde hace tiempos.
Complicaciones respiratorias, renales y sanguíneas padecía este hombre de 78 años que dedicó los más de ellos a la Canción Ciudadana. Pero todos hacían fuerza de que durara un poco más.
Gustavo Escobar, el que mantuvo un programa de música antigua en Radio Bolivariana durante decenios, quería que al menos durara hasta que se terminara el Festival.
Otros, al menos hasta ayer, 24 de junio, día del aniversario número 72 del Morocho del Abasto. La razón: El Gordo Aníbal adoraba la figura destacada del gran Carlitos Gardel y lo llamaba San Romualdo. A un cuadro del legendario cantor le encendía vela y hasta le rezaba, como si en efecto se tratara de un santo.
En cambio Luis Penagos, el cantor, dijo que estaba bien, que se había muerto en su salsa, como se dice, en pleno Festival.
En el patioEn Campos de Paz hubo muchos amigos suyos que lo recordaron: Hernán Caro, el del espacio radial Una Hora en Buenos Aires; Luis Penagos, patriarca de una familia dedicada a la música argentina, quien se presentó varias veces en el Patio del Tango; Jaime Jaramillo Panesso, uno de los grandes comentaristas de esta música del sur; Leonardo Nieto, el argentino del Salón Versalles... y muchos más.
Recordaban por turno algunas épocas con el Gordo. Penagos dijo que de la vieja guardia del tango en Medellín van quedando pocos. Que él y Aníbal se criaron juntos.
Gustavo recordó que al Patio del Tango, tanto en sus tiempos en que era un sótano de Junín, entre Maturín y Amador, venían algunos personajes célebres como Manuel Mejía Vallejo, Fanny Mikey, Darío Ruiz Gómez... "mejor dicho, todos nos encontrábamos allí", dijo Escobar, quien además hizo alusión a la orquesta de invidentes que tuvo Aníbal Moncada en ese sitio.
Vino CorreaLuis Martín Correa es un cantor argentino. Su padre fue tan amigo de Aníbal Moncada, que le entregó un hijo para que se lo cargara. No es Luis sino un hermano suyo, pero éste dice que es como si lo fuera, porque el antioqueño los recibía a todos con cariño.
Luis Martín viajó desde Buenos Aires con su esposa, Marina, y su hijo, Francisco -un pibe de cuatro años-, a saludar al Gordo Aníbal. Sabía que estaba desahuciado y "vea cómo es la vida, me tocó despedirlo".
Cuando dice despedirlo no se refiere sólo al hecho trascendental de estar cerca de él la noche de su muerte: la sala de velación número 7 de Campos de Paz se llenó con su voz que lo despidió cantando, unos minutos antes de la liturgia.
Después de esta ceremonia y de los cantos fúnebres, Gustavo Escobar leyó versos que le compuso al amigo, cuyo cuerpo yacía a esa hora con los pies hacia delante en medio la multitud, entre un cofre laqueado.
De noche tenía que morir Aníbal. Pasó su vida en las horas de sombra, cantando, bailando tango, hablando con amigos de bohemia, saludando amaneceres en el Patio.
Ayuda al lector Un poema para un hombre de tangoHace dos meses, el 28 de abril, Gustavo Escobar llegó a visitar a Aníbal en su lecho de enfermo, junto a amigos como Chepe Rúa y Jaime Jaramillo Panesso. El hombre de radio leyó unos versos de su autoría dedicados al Gordo, usando la jerga del lunfardo, que hicieron emocionar al enfermo y abrazarlo. El sábado los leyó en la capilla de Campos de Paz.
A mi gioma el DogorSos un cacho grandote de gotán/ Y en la amistad jamás serás fayuto;Arquetipo de rango y gran bacán/ Nunca fuiste de broncas con cachuzos.
Sos la milonga, sos el valsecito/ Y sos el sobrador del firulete...
¡Araca! San Romualdo te sigue despacito/ campaneando tu cuore de purrete. / Ñorse de la noche, ruiseñor del alba.../ Príncipe de boliches y garufas:En estos versos mi emoción chamuya/ Sobre el fueye sonoro de tu alma.
Glosario:Gioma: (pop.) forma vérsica de amigo. Fayuto: falso.
Cachuzos: sucios, deteriorados. Firulete: en el baile, pasos complicados¡Araca!: Atención, cuidado, voz de alarma. San Romualdo: Gardel, para Aníbal Moncada. Cuore: corazón. Purrete: niño, muchacho. Boliches: despacho de bebidas, bar, café. Garufas: diversión, juerga. Chamuyar: conversar. Fueye: bandoneón.




(El Colombiano)

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