He visto con interés el ejercicio propuesto por Víctor Bustamante, el inquieto vecino del barrio Buenos Aires y por lo tanto “bonaireano” (El gentilicio es de mi invención, para hacer diferencia con los “bonaerenses” argentinos), con la participación de personajes conocedores y calificados en la elaboración de su propia selección de tangos preferidos. No me he animado a enviar mi lista por la sencilla razón de que me considero amante del tango, pero no conocedor. No, por lo menos, para codearme con tangueros de kilates (que los hay muchos entre nosotros, tú el primero), y los miembros de asociaciones de estudiosos, y hasta expertos calificados no conocidos, que los hay, capaces de reconocer a oído la diferencia de una orquesta a otra o de una voz a otras. No llego a tanto. Debo confesar que me equivoco con frecuencia al afirmar que “ahí canta Fulano”, cuando el que está cantando es Zutano, con ser voces que he escuchado por cincuenta o más años. Es una vergüenza. No tengo un listado en mi mente que me permita escoger cinco tangos instrumentales, cuando muchas de las interpretaciones así calificadas por mí son tangos que, teniendo letra, los escuché en la modalidad que denominamos “orquestada”. “El Choclo”, por ejemplo, que tanto me gusta en su forma instrumental, tiene cuatro o cinco letras. Me siento, pues, cohibido para elaborar una antología personal.
Acicateado por tu correo y tu invitación a participar he abierto un archivo que elaboré hace cinco años con casi 600 canciones que a mí me gustan y que se queda corto, muy corto, por aquello de que aunque son todas las que están no están todas las que son. Entre ellas hay 120 “discos” o tangos que me han gustado a lo largo de la vida. Los puristas hacen precisa distinción entre lo que es un tango y lo que no (el compás del 2 x 4, etc.), pero para los de la plebe tanguera a la que pertenezco, tango es todo lo que suena a Argentina, aunque haya sido compuesto en Uruguay; y allí quedan incluídos valses, milongas, candombles, zambas, foxtrots y hasta pasodobles españoles interpretados por alguna orquesta típica gaucha. Después de elaborar esa lista han aparecido tangos que no estaban en ella y ahora me encantan (“Que tango hay que cantar” de Cacho Castaña; o “Madrugadas”, de Fernando Rolón, por ejemplo). Trato de escoger cinco pero ¿Cómo? Como en el poema que habla de cuál de sus diez hijos sería capaz de regalar una madre, ¿Cuál ha de ser, Dios mío? Cosa difícil la elección.
Gustándome mucho Carlos Gardel, me gusta más Ignacio Corsini. Eso lo sé, porque cada que llego a un lugar (llámese Corporación Homero Manzi en Buenos Aires, Bar Kayser en Caldas, o Salón Málaga en el Centro) lo primero que pido es “No te apures, Carablanca”, “Sombras” y “El adiós” en la voz de Corsini. Son los primeros para mí, sin duda. “Nada” (Nada queda en tu casa natal) me encanta. Y “Nada más” (No quiero nada, nada más, que no me dejes…). “Ahora no me conocés” y “Cada día te extraño más” hacen parte de mi lista, e “Igual que una sombra”. En fin. No trataré de hacer una lista ex profeso encasillándome en cantores, cancionistas, compositores, letristas, instrumentales, pre y post año 55, etc. porque me sacaría un ojo en el intento. Me limitaré a señalar algunos de los que tengo incluidos en el libro del barrio Buenos Aires y no importa que la lista no se inicie con un tango sino con un vals y que tenga que dejar por fuera el tango “Sin lágrimas” que no está en la lista inicial ni está en el libro, pero me ha gustado desde que soy tanguero. Al hacer así mi selección, caigo en los trillados títulos que se escuchan en cualquier esquina y no aparece nada nuevo en ella. No están las voces de María Graña, Nacha Guevara o Adriana Varela que me encantan. No está Piazzolla, que también me gusta. No está el Armando Moreno de La Gayola y de El Encopao de mi adolescencia. Son muchos los que no están en el “top ten o ranking”, que dicen los publicistas.
ALGUNOS DE LOS QUE MÁS ME GUSTAN
Bajo un cielo de estrellas. Vals de José Ma. Contursi (Letra) y Enrique Mario Francini y Héctor Stampone (Música).
Son cosas mías. Tango con letra de José Rótulo y música de Alfredo de Ángelis.
Hacelo por la vieja. Tango de Carlos Viván-Héctor Bonatti (L) y Rodolfo Schiamarella (M)
Cambalache. Tango de Enrique Santos Discépolo (L y M).
La cumparsita. Tango de Gerardo Hernán Matos Rodríguez (M). La versión de Carlos Gardel con letra de Pascual Contursi (Si supieras…) no tiene glosa. Hay una versión conocida entre nosotros (que mucho me gusta) con glosa en la voz de Antonio Cantó según letra de Enrique Pedro Maroni (Tango que me hiciste mal…) tomada del poema Apología del tango (triste, sensual, dormilón / mezcla de risa y lamento…).
Sentimiento gaucho. Tango, de Juan Andrés Caruso y Francisco Canaro.
No me pregunten por qué. Tango de Reinaldo Pignataro (L) y Carlos di Sarli (M).
El Choclo. Tango. Ángel Gregorio Villoldo (Música).
Cuatro letras: Enrique Santos Discépolo, Carlos Marandio Catán y el propio Ángel Villoldo; más la que en ritmo de bolero con el título de Besos de fuego escribió el dominicano Mario de Jesús.
No te apures, carablanca. Tango, Carlos Bahr (L) y Roberto Garza (M).
Yira, Yira. Tango de Enrique Santos Discépolo (L y M).
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CACHO CASTAÑA - QUE TANGO HAY QUE CANTAR
Hacelo por la vieja (Alfredo de Angelis y su orquesta típica)
Amigo aunque no lo conozco pienso que su antología esta ajustada a algo muy valioso; sus gustos personales. A esa sensación que uno siente cuando se encuentra nada menos que al aire de tango de un abr donde la música lo arrastra a uno. Ese es el verdadero sentido de su escogencia: la sensibilidad, y su gusto por lo popular en su máxima expresión.
ResponderEliminarFe litaciones da gusto esta selección si justificar nada del gusto intelectual o de mantener por ahí escodidos algunos tangos.