martes, 30 de junio de 2020

Carlos Palau / su Antología de Tango




Carlos Palau / su Antología de Tango

Carlos Palau le ha dado vida al último viaje de Gardel con La caravana de Gardel, que sin lugar a duda es la película más valiosa y representativa filmada sobre tango en el país. Además, ha filmado: El Sueño del Paraíso (2007), Hábitos Sucios (2003), y A la salida nos vemos (1986).

Cinco tangos instrumentales:
El Monito.
Que Noche.
La Última Cita.
Gitana Rusa.
El Cencerro.

Cinco tangos de ayer (hasta 1955):
Tinta Roja.
Barrio de Tango.
Gricel.
Farabute.
Con tu Mirar.

Cinco tangos de hoy (después de 1955)
No me hablen de ella.
Y todavía te quiero.
Si supieras que la extraño.
Fueron tres años.
Historia de un amor.

Cantor: (excepto Gardel):
Rodolfo Lesica.
Cancionista:
Ada Falcon
Letrista:
Catulo Castillo.
Músico:
Lucio de Mare.
Orquesta:
Orquesta Típica Fulvio Salamanca.




sábado, 20 de junio de 2020

Carlos Gardel en Medellín 10-14 y junio 24 1935




                            
Carlos Gardel en Medellín 10-14 y junio 24  / 19 junio 35

                                 Para Javier Ocampo
       
Víctor Bustamante

Este 24 de junio del 2020 se celebra otro año más de la muerte de Carlos Gardel, este acontecimiento luctuoso casi siempre opaca la presencia del cantante en la ciudad. Considero que es mejor tenerlo presente en su plenitud como el grandioso ser humano que fue, así como en su talento de compositor y cantante. Cada año salen de nuevo los medios a celebrar el pavoroso accidente de la mano de sus exegetas que desde tantos puntos de vista analizan sus causas, las personas que intervinieron, los celos entre las compañías y los aviadores, los vientos desfavorables, las mismas fotografías y otro sinnúmero de posibles causas y elementos que intervinieron. De tal manera todos estos investigadores realizan hipótesis, incriminaciones y más análisis de ese momento opacando de esa manera la verdadera presencia del cantante; en este caso, su discurrir y los lugares que solo se mencionan de paso, quedando la ciudad, Medellín, como un escenario brumoso, solo un punto geográfico, perdido en las montañas de un mapa. A nuestra memorabilia rampante le gusta celebrar a los muertos ilustres solo en su día, no en su presencia, en su plenitud, sino en el hado de lo fatal.

He indagado y buscado a Carlos Gardel en su actitud, en la efervescencia de sus escasos días en la ciudad, así como a las personas que encontró y departió en algunos momentos, y los lugares donde él estuvo, es decir, las huellas que ha dejado en Medellín.

En un texto de Marina Puig, "El secretario de Carlos Gardel", José Plaja, muchos años después cuenta el periplo de ese viaje:

“Después de dos meses de actuaciones de gran éxito, multitudinarias y calurosas recibidas en Puerto Rico, Venezuela y Curazao, el 4 de junio de 1935 Gardel y su comitiva desembarcaron en Barranquilla, Colombia. Una vez más, en Medellín, las demostraciones del público hicieron superar las predicciones. El próximo destino era Bogotá. Gardel y los músicos se desplazaron en avión, mientras que Plaja, Le Pera y Celedonio Palacios lo hicieron en un barco de vapor por el río Magdalena.

» Hice un viaje muy interesante por el río Magdalena, pero muy inconfortable. Son seis días de navegación lenta y calurosa, pero el paisaje es hermoso. Se ven trozos de selva tropical virgen que yo no había visto nunca. No tuvimos mucha suerte con la fauna, pues solamente puedo contar haber visto unos cinco caimanes y una docena de monos. Vimos, sin embargo, numerosas bandadas de cotorras y otras aves tropicales, árboles frutales de toda especie, y los últimos días, la Cordillera Central de los Andes a poca distancia. En Villeta, hacía un calor que tostaba y tres horas después, aquí en Bogotá (2.300 metros de altura) hacía bastante frío. No sé cuántos días estaremos aquí todavía; después iremos a Cali, donde pasaremos unos dos días: después embarcaremos en Buenaventura hacia Panamá, donde estaremos unos cinco días; seguiremos después hacia La Habana y pensamos llegar a Nueva York a primeros de julio [...] ».
  
Teatro Junín y Hotel Europa

Medellín 8 de junio

Desde el 8 de junio de 1935 Le Pera visita la ciudad. Gardel arribaría el día 10 proveniente de Barranquilla en un avión Sikorsky de Scadta, anfibio, el Guillermo Valencia, habilitado para aterrizar con ruedas sobre pistas como la del aeródromo Las Playas. Junto a él viajaban sus “escobas” como les dicen, mejor sus guitarristas, Barbieri, Riverol y había regresado Aguilar luego de su discusión en Niza. A Gardel lo acompañaba el catalán José Plaja y Gash. Como Gardel ambicionaba entrar al mundo del cine en Hollywood, lo había contratado para que le enseñara inglés; ya lo había intentado escuchando discos Linguaphone, pero la hora diaria de estudio no le daba ningún resultado ya que cuando se disponía a seguir los textos de estudio siguiendo el disco correspondiente se quedaba dormido escuchando el habla incompresible de los anglo sajones, además le era imposible concentrarse por la cantidad de visitas a su hotel. Ambos se habían conocido en los estudios, Éxito productions, en otros textos aparece con este nombre, Exito’s Spanish picture, ubicada en Long Island, donde Plaja oficiaba de traductor y ayudante de doblajes. Gardel le ofreció trabajo de asistente para cuestiones publicitarias y bancarias, también, le leía la correspondencia y les respondía a algunas personas, casi siempre admiradores, que el cantor le indicaba. Además, como imitaba la escritura de Gardel, firmaba las dedicatorias a las admiradoras del cantante.

Así, Plaja se incorpora a la gira que los llevará por el Caribe hasta llegar a Colombia. En su libro, Vidas paralelas, de Esteban Peicovich, Plaja cuenta muchos años después, ese viaje que lo llevó a ser uno de los sobrevivientes y, además, deja entrever el carácter amable de Gardel.

 “¿Y cómo fue su última gira, don José?

—Salimos de Nueva York en barco. Éramos ocho, Gardel, Le Pera, José María Aguilar, que era su principal guitarrista, un académico que en los recitales ocupaba lo que se llama el intermezzo interpretando melodías criollas, Guillermo Barbieri y Ángel Riverol, también guitarristas, Alfonso Azaaf, que creo que era venezolano y hacía de publicista, se ocupaba de que en los lugares donde cantaba Gardel salieran autos con altoparlantes gritando: "Concurra esta noche al teatro tal para el grandioso recital...", después venía Corpas Moreno que era el valet, el criado de Gardel, y finalmente yo.

El itinerario más o menos fue por barco a San Juan de Puerto Rico, después a La Guaira, Puerto Cabello, Maracaibo, Lagunillas, Curazao.

De allí fuimos en un pequeño avión, de fuselaje de madera, hasta Aruba. Daba miedo tomarlo. Lo que más me reconfortaba en ese viaje de noche era que el piloto holandés era alto como una catedral, llevaba su traje bien almidonado y daba la sensación de seguridad. Estaba rojo como un camarón por el sol de Curazao el pobre holandés.

—Y Gardel, ¿le tenía miedo al avión?

—Gardel tenía un poco de aprensión, como todos”.

Domingo 9 de junio

Los diarios son también testigos certeros de su presencia, allí la escritura férrea describe su llegada, revela detalles leídos después de tantos años, el periódico llevará por esos pequeños intervalos donde los visitantes arriban en un viaje promoción. El Colombiano, desde el 9 de junio, publica en primera plana: Carlos Gardel, llegará mañana a la ciudad, acompañado de sus guitarristas en un avión de Scadta. Los invitamos a la recepción. Al costado izquierdo es notorio el anuncio de la despedida en el Teatro Bolívar de la Compañía de Pilar Travesi que presenta a su hermana, Ángela Travesi, tocando el acordeón y por pura coincidencia se llamaba, Luces de Buenos Aires.

El día lunes 10 junio

“En primera plana, El Colombiano, destaca la llegada de Carlos Gardel, y añade: Llegará hoy en avión de la Scadta, acompañado de su conjunto, y debutará mañana martes en el Circo España. Dos únicos conciertos. Ya están a la venta las localidades.

Esa página, además, revela parte de la vida cultural de Medellín. En el Circo se presenta la compañía de Marina Ughetti con la Leyenda del beso, donde canta también Marina Ughetti, acompañada por Carlos Julio Ramírez y con Constantino. En el Junín se presenta por última vez una película: Payasadas de la vida y El Prisionero trece.

También ese día, El Colombiano, publicaría una nota de Cronio, seudónimo perdido ante el paso certero de las páginas que quedan detenidas como el testigo infalible con su memoria de papel que amontona y guarda el pulso de los días.

“Mi público, este es mi público, dijo Gardel al bajar del avión”

Ágilmente sonriente y jubiloso, un garrido mozo saltó del avión: "Viva Carlitos Gardel”, gritaron delirantes millares de gargantas que se habían congregado en el aeródromo de Las Playas, ayer a las cinco de la tarde. Todos querían mirarle de cerca, todos querían demostrarle de alguna manera su afecto. Una bellísima muchacha le regaló unas flores. Y Gardel, con la misma sonrisa luminosa que tanto enamora a las chicas en sus películas, repartió apretones de mano, saludos, frases de sincero regocijo.

Cuando logré saludarlo, ya dentro del automóvil, Gardel me dijo encantado: "Mi público. Este es mi público al que yo adoro, el que sabe sentir mis canciones, al que he dedicado todos mis mejores esfuerzos. Estoy deliciosamente sorprendido con este cordial recibimiento, que me recuerda el día, de llegada a mi Bueno Aires amado…  Estoy feliz al comprender que podré hacer sentir mis emociones, que mis canciones eran profundamente sentidas.

Alguien de la multitud alcanzó a oír las últimas palabras de Gardel. Un viva resonó clamoroso. Siempre sonriente y acogedor, Gardel, agregó:

—Ya ve usted amigo, el público sabe captar los esfuerzos de las películas que de usted hemos visto, ese deseo de interpretar en realidad el alma popular.

—Es lástima, amigo que las películas que son verdaderamente buenas, no las hayan podido ver ustedes aquí. Me refiero a Cuesta abajo, El tango en Broadway, Tango Bar y El día que me quieras. Pero, en fin, ya es algo. En aquel entonces de Luces de Buenos Aires, Melodía de Arrabal, etc., no era el mismo: no se me dejaban campo para poner de manifiesto mis cualidades histriónicas y artísticas, se me recortaba, en fin, la tragedia del actor de habla hispana en otros países. Ahora he logrado hacer verdaderamente películas, en las que trabajo con fervor, con entusiasmo y con más libertad. Y es por lo que lamento que no las hayan visto aquí.

—Y usted prefiere trabajar en películas?

—¡Ah, no mi amigo! Es mil veces mejor trabajar ante el público y yo lo prefiero. No sabe usted que se siente una gran emoción al notar qua una concurrencia de miles de espectadores palpita al unísono con nuestros sentimientos.  Y prefiero mil veces trabajar ante el público desde un escenario: me complace el complacerlo, soy feliz cuando logro darle gusto, cantar lo que el público desea, en una palabra, compenetrarme con él. Pero, naturalmente me gusta más trabajar para el público de América. Mi público favorito. El alma latina sabe sentir mejor esa música embrujada del tango, sabe arrancar sus más hondos secretos a la música criolla. Es una cosa intuitiva: yo le invito a usted al Circo para que lo observe, para que lo compruebe.

Y es que este pueblo de Antioquia, recio, viril y noble, tiene mucho de la grandeza de nuestro Martín Fierro y sus mujeres.... Oh, Medellín se me hace un verdadero paraíso: gentiles, juncales y tentadoras las muchachitas antioqueñas son un verdadero canto a la raza. Yo no sé si seré capaz de permanecer tan tranquilo como estos antioqueños. Es algo macanudo, che!.... Macanudo!”

Ya Gardel con su comitiva se hospedan en el Hotel Europa, que formaba parte del complejo del Teatro Junín, el más elegante de la ciudad, diseñado por Agustín Goovaerts. Este edificio contrastaba con el paisaje austero de casas coloniales alrededor. El Hotel Europa poseía ascensor, era muy confortable y lo administraba el alemán, Habranek.  Esa ciudad del 30, efervescente, mantenía su pulso con el mundo, se abría a través de las emisoras en onda corta que llegaban y de las diversas emisoras que se creaban. Ya no solo era posible saber lo que ocurría afuera a través de las diversas publicaciones, periódicos, revistas y libros, sino que ya se acostumbraba la ciudad a los medios hablados. En Medellín se escuchaba el tango se conocía a Magaldi, a Irusta, a Peronet e Izurieta, a Corsini, a Gardel y a Fugasot. Además, se bailaba El choclo, La cumparsita.

Teatro- Circo España (Melitón Rodríguez)

Martes 11 de junio

El Colombiano le realiza un reportaje y, además, hay un aviso destacable que dice, Carlos Gardel, y Bourjois, -marca francesa-. Esta noche se presentará en el Circo España, el soberano de los tangos argentinos: el famosísimo Carlos Gardel.

El Colombiano, continúa dándole apoyo al cantante, al entrevistar al administrador del Teatro Circo España, Alberto Mejía G.: “… tendrán lugar hoy y mañana a las nueve menos quince minutos de la noche.

Así mismo nos anunció don Alberto Mejía que Gardel después de dar los dos conciertos prometidos, partirá el jueves a mediodía con rumbo a la capital de la república, donde se le espera.

A pesar de haber cupo para 4.000 personas en el Circo –dijo don Alberto Mejía— no sé cómo acomodar a tanta gente que quiere conocer a Gardel, ya los palcos quedaron agotados desde ayer al mediodía y solo queda la tercera parte del lunetario. Francamente –terminó don Alberto— este es un verdadero problema pues todos quieren ir al mismo tiempo.

El martes 11 de junio Gardel acudió a su primera presentación en el Circo Teatro España. Con su piso en arena. Allí en algunos días se presentaban corridas de toros y en la noche se proyectaba cine contra un telón blanco, las personas debían situarse detrás y llevar su taburete o silla; en la gradería se hacían los otros. En el caso de asistir a una película era más barato situarse detrás del telón con el inconveniente de que se debía llevar un espejo para leer los letreros. El Circo tenía capacidad para seis mil personas que eran distribuidas según el estrato social, siendo de la clase alta, por supuesto, la mayoría de los asistentes; los pobres ocupaban el tendido de sol y los ricos el de sombra, pero ante la lluvia todos ocupaban el mismo espacio. La entrada para el público general, es decir, el de menos importe en la entrada se efectuaba por la calle Perú.

Para alertar a la afición a sus espectáculos se tiraban voladores, otras veces salía la Banda Paniagua a tocar por las calles, y ya con el sonido incorporado a las películas salían carrozas con altoparlantes para animar al público a asistir. Durante los días de Gardel en Medellín su jefe de publicidad, Alfonso Azaaf, se lució. 

Antes de que cantara Gardel se proyectó su película Melodía de Arrabal. Quien lo contrató había sido el dueño del circuito de cine Alberto Mejía C.  Al finalizar la película salió al escenario Gardel y pidió qué tango querían que les cantara. Cuesta abajo, dijo un chico que más tarde sería Carlos Alfonso Goez, escultor, Gardel lo complació y luego siguió con el show. Goez, en la década del 70, elaboraría la estatua de Gardel en Manriqu.



Carlos Molano Gómez en su blog, Encuentro Latino Radio, cita, contaba Ramírez: “Conocí a Gardel en Medellín actuando en El Circo España, durante tres días, la primera noche al parecer por el valor de la entrada de dos pesos la gente no acompañó a Gardel, se bajó para las dos noches siguientes el valor de la entrada a un peso y hubo lleno total; me le presenté la primera noche, donde refiere que Gardel le dijo”: “Tu futuro está fuera de Colombia”; Carlos Julio lo fue a despedir al aeropuerto y presenció el accidente donde falleció el Zorzal.

Al Hotel Europa fue el poeta Hernando Rivera Jaramillo, para realizarle una nota al visitante Rivera Jaramillo, escudado en su silencio y en esa soledad que era su sello, y sus libros o revistas debajo el brazo, eso sí vestido de negro como estilaban los poetas, fue a buscar a Gardel para un reportaje ya que El Colombiano quería otorgarle más notoriedad al cantante. Lo acompañaba Miguel Zapata Restrepo que en ese tiempo aun no era Miguel Lenguas, sino Lucho quien rememora esta visita:

“Realmente lo había visitado, inhibido ante su popularidad. Acompañó al poeta Hernando Rivera Jaramillo, que iba en nombre de El Colombiano. ¿Qué captó del “Zorzal Criollo? 

—¿Cuál es el gran amor de su vida?

—Mi madre.
—¿Siente los tangos que canta? 

—Íntimamente no soy adicto al tango. Tengo predilección por melodías que no gustan al público latinoamericano; pero como en él está mi clientela, le doy lo que pide.

—¿Se radicará definitivamente en Buenos Aires? —No. Estaré por larga temporada, pero es posible que adquiera compromisos en los Estados Unidos o en Francia.

—¿Qué impresión tiene de Medellín?

—Es un lindo pueblito, —responde sonriendo.

Con razón un compositor de montonera entregó, fallecido el Zorzal, un aire antillano que por ahí dice: Murió en el pueblo de Medellín.

Las tres cuartillas de la entrevista sirven para rellenar espacio al registrar la desventura gardeliana, que más bien fue trance a la inmortalidad. Tampoco en esa vez se da crédito a Lucho. Diez días antes, al entregar el original, se le dijo acremente:
—No nos haga creer que a Gardel no le gusta el tango”.

El miércoles 12 junio

En una postal se ve una silla abollonada de color rojo, es una silla de barbería. La nota añade que en ella se sentó Gardel para ser afeitado por un barbero local, Julio Tobón en la Barbería Europa, en el primer piso del hotel donde se hospedaba. También hay otra versión de una barbería situada cerca al Puente de La Toma donde fue Gardel, ya que ese lugar era notorio por la diversidad de cafés y bares para la bohemia, donde el Zorzal llegó a visitarlas con sus acompañantes. Faduil Alzate nos aclara: "La peluquería visitada en Quebrada Arriba, una cuadra arriba del puente de La Toma, era la del Señor Rosendo. Además, en sus salidas se paseaba por el Puente de Hierro, el Puente de la Toma y otro lugar llamado Campo Alegre, ubicado cerca de donde fue la primera planta de energía de la ciudad. Gardel, si preguntaba, ¿ y dónde está el Arrabal y los bailarines? En Quebrada Arriba, respondía Horacio Cano "Canito"."

En la noche antes de las nueve, cuando se iniciaba, el espectáculo hubo un fuerte aguacero, lo cual casi estropea la presentación del concierto, inició el evento la Compañía de Zarzuelas de Marina Ughetti.

Luego del concierto Gardel fue invitado a dar un saludo por la emisora Ecos de la Montaña, cuyos estudios quedaban en la Avenida de Greiff con Cúcuta. A Gardel lo acompañaba Francisco Cuartas Posada, dueño de la emisora, así como el locutor y el ídolo de las cocas-colas, Hernán Jiménez Arias, que tocaba el piano de oído, y le cantó a Gardel. Éste como no lo acompañaban sus guitarristas sino sus asesores, no quiso cantar a capela.  Desde el balcón el cantor saludó al público. Ambos acompañan a Gardel en una fotografía.

Jueves, 13 de junio.

Ese día se realizó una función que no estaba prevista, valía sesenta centavos luneta y veinte centavos público general. Se presentó junto al concierto de Gardel, la película Luces de Buenos Aires.

Ya en la noche desviaron la ruta para el descanso y se fueron para Las Camelias. Gardel intuía esas palabras del explorador Richard Francis Burton, que la única manera de conocer una ciudad era yendo a los prostíbulos, ya que las putillas completan con su datos y chismes la historia que faltaba. Francisco Posada y el locutor Hernán Jiménez, fueron los guías.

Las camelias, con su nombre literario, su lujuria y fatalidad quedaba al borde de la carretera, por Aranjuez, salida de Medellín hacia el norte. Sus casas coloniales y sus luces llamativas indicaban que ahí era el ambiente, lucían su aspecto  inofensivo mientras adentro ocurrían las fiestas posibles en una ciudad que había situado la zona del placer en los arrabales, pero Gardel y su comitiva, no querían saber nada del arrabal amargo sino más bien escuchar y disfrutar allí la melodía del arrabal, de esa ciudad que a las seis de la tarde  confinaba a muchos de sus habitantes,  en sus casas a rezar el rosario, pero a esa misma hora despertaba la fauna nocturna de cantantes, músicos, alcahuetes, celestinos, madamas, y, sobre todo, el eje central, el punto de encuentro de ellas, sí, las pupilas, las prostitutas, o las putas o las muchachas o las ninfas como se les, quiera decir que alegran la vida y la noche.

Allí, según Hugo Bustillo, esta mujer, la Chola Caderona legó a sus descendientes sus caderas de fuego. Es por eso que este apelativo ajusta tres generaciones. Justa Puñal, entre su liguero, cargaba su arma desde cuando conoció al Nene del Abasto en sus dominios bermejaleros. Y era cierto, Carlitos Gardel siempre llevaba uno consigo. Desde que el Zorzal falleció, empezó a encenderle veladoras. El día que la enterraron, entre el hábito carmelita, la acompañaba, entre sus pechos, el consentido metal.



El viernes 14 de junio

Gardel se fue para Bogotá a continuar su gira con éxito. Uno de sus acompañantes eres el chileno Celedonio Palacios Izquierdo, actor, que administraba el Teatro Apolo en Barranquilla, y fue quien organizó la gira de Gardel. Ellos se habían conocido en Venezuela durante los conciertos del cantor. Hay una nota en Escáner cultural # 79, 2005 que anota, “Muchos años después, el 23 de septiembre de 2004, fueron publicadas sus cartas enviadas a, Diana, su esposa, entre los días 10 y 21 de junio de 1935. En algunas de ellas,escribe Celedonio, eso sí no menciona a su otra compañía con la que comparte en Barranquilla, Elisa P.

"Anoche Gardel en el Teatro Apolo, trabajó por primera vez. Había más de 3 mil personas oyéndolo. Fue un exitazo rotundo" (19 de junio de 1935).

"Hay que zafarse de Carlitos y su compañía. En este momento que te escribo lo tengo al lado mío, dándome la lata, pues conociéndolo de cerca, es el hombre más divertido y más ingenuo que uno pueda darse cuenta" (21 de junio de 1935).

24 de junio

Gardel y sus acompañantes habían regresado de Bogotá a Medellín, y se encontraban de tránsito, en el aeródromo de viaje hacia Cali. Allí fue a saludarlo el cronista policial Antonio Henao Gaviria. Él había asistido a dos de sus presentaciones en el Circo España. También Había conocido al cantante en el mes de junio del 1935 en Nueva York cuando se presentó en el Teatro San José, entre la Quinta Avenida y Lennox. Allí los asistentes le pidieron al cantor que bajara del palco donde miraba con Le Pera la presentación de Luces de Buenos Aires, para que los complaciera con Tomo y obligo. Henao Gaviria trabajaba en el periódico bilingüe, El Gráfico, donde cubría noticias policiales y, además, en su tiempo libre vendía libras de café con la promesa de devolver el importe si a alguno de sus compradores no le gustaba el producto colombiano.

Ese día, el 24 de junio, Henao Gaviria fue al aeropuerto a saludar al cantante, quien lo recordó: Che, eres un trotamundos, te veo acá en Colombia. Hablaron poco. Allí se encontraban Corpas Moreno, Le Pera, Riverol, Aguilar, Celedonio Palacios, Azzaf y Barbieri. Tomaban jaibol, adaptación de High Ball, que era Ron Medellín con ginebra. El jaibol era, es, irresistible, aun con dos tragos las feministas dejan su decálogo y se vuelven comprensivas. Es considerado en Cuba el “bajateelblumen”, en la costa un “quitayoyo”, en Medellín un “quitayin”. Pero a esa hora, doce del día, ellos bebían debido al temor a viajar en avión.  Además, de unas cajas sacaban sanduches.

El mismo Henao no solo lo saludaría, sino que lo vería por última vez, y, además, iniciaría algo nunca realizado en el país, trasmitir un evento por radio. Las fotos del accidente las realizó Obando donde años antes había trabajado Henao Gaviria en el gabinete del fotógrafo.

Hace unos años, en el Homero Manzi, durante una conferencia, el escritor Juan José Hoyos refirió la indagación que realiza sobre los días de Gardel en Medellín, aun esperamos su novela.  

Francisco Cuartas, Carlos Gardel, Hernán Jiménez.


Bibliografía:
—Velásquez Gallego, Francisco. Medellín es noticia, Ed Palabra viva, Medellín, 2003.
—Zapata Restrepo, Miguel. Salto al vacío. Secretaria de educación y cultura del departamento de Antioquia, Medellín, 1979.
—Carriego, Argentino M. Carlos Gardel 50 años, No habrá más penas ni olvido. Ed Percepción, Medellín, 1985.
—Bustillo Naranjo, Hugo. Aranjuez, 50 años. L. Vieco e hijas, Medellín, 1997.
—Peicovich, Esteban. Vidas paralelas. Prensa 2, Buenos Aires, 2013.
El Colombiano, Medellín, 1935.


martes, 16 de junio de 2020

Programación Asociación Gardeliana de Colombia / Festival de Tango /Junio/ 2020





Programación Asociación Gardeliana de Colombia /Festival de Tango /Junio/

Domingo 21 de junio 4 pm
¿Quién entiende a los cantores? 
Cantor Marcelo Tommasi acompañado de Sebastián Bolívar en el canto

Miércoles 24 de junio 4 pm
El origen del tango en Medellín.
Doctor Javier Tamayo Jaramillo

Viernes 26 de junio 4 pm
El tango y la literatura.
Con el Investigador, escritor y periodista José Guillermo Ánjel “Memo Ánjel”
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Por motivo de la pandemia de COVID 19 el festival se realizará de forma virtual, para visualizar las charlas nos conectamos con el link https://www.facebook.com/hashtag/nosmuevelacultura y se presiona  (Triangulo rojo) que dice “Transmitiendo en vivo”


Gloria Franco Jaramillo
Presidente
Asociación Gardeliana de Colombia



martes, 2 de junio de 2020

Charles Chaplin y Carlos Gardel, tango en Niza / Víctor Bustamante

Sadie Baron, Wakefield, César Romero, Gardel, May y Chaplín (Mosesco)

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Tango y cine (1):

Charles Chaplin y Carlos Gardel, tango en Niza

Víctor Bustamante

Para Asdrúbal Valencia, La inteligencia y el talento

Luego de haber presentado Luces de la ciudad en enero de 1931, desde Nueva York, Chaplin se embarca en el vapor Olympic para Europa. En Londres el 19 de febrero fue agasajado por toda clase de curiosos y autoridades de diverso pelambre, incluso asistió al estreno de su película, luego con aires de notoriedad saluda a Winston Churchill, a George Bernard Shaw, a Keynes (¿Qué hablaría con un economista?), y al regreso a Gandhi. En algunos de los noticiarios de la British Pathé es notoria su presencia. Luces de la ciudad es una película parcialmente muda ya que los productores le pusieron música a una tercera parte con canciones de Chaplin y una de Arthur Johnston, arreglista y compositor. Chaplin, que avizoraba otros caminos para el cine, decía, “Las películas habladas podrán estar muy bien para los demás. Para mí no”.

De Londres siguió para Berlín y Viena, y el 22 de marzo llegó a París. De ahí se fue para la Costa Azul donde un amigo suyo Frank Jay Gould que poseía el Majestic Hotel y el Casino de Niza. Gould había creado la Virginia Railway and Power Company en Richmond, Virginia. Había conocido a Chaplin ya que su segunda esposa era hermana de Hetty Kelly, una de las ex mujeres del cómico. Recién llegado a Niza, durante un agasajo, Chaplin, todo ojos, vio bailar una chica en el casino de su amigo Frank Jay y quedó apresado por su talento y belleza, es decir, por el deseo de una aventura mediterránea; Chaplin no perdía el tiempo. De un momento a otro necesitaba, quien le colaborara a su secretario, Carlyle Robinson, además ella hablaba varios idiomas. Le fue presentada y cedida por su hermano Sídney, que era su amante. Se llamaba May Reeeves, bailarina checoeslovaca, conocida como, “La más bella náyade de la Costa Azul”. May señala que fue invitada a una reunión al apartamento de Charlie Chaplin que inició su conversación de manera amistosa: “Eres encantadora, "¿Puedes bailar tango? " "Pero el tango es mi trabajo. Soy una” bailarina acrobática y acabo de regresar de Italia, de Viena, de Berlín", respondió May. Eso sí, Chaplin le bailó como en su corto Sunnyside, e imaginativo no dejaba de mirarle sus labios.

May trabajaría solo un día ya que Chaplin la convertiría en su amante y en su intérprete; eso sí, con asignación semanal. Durante un año en que ambos pasaron en el sur de Francia y Argelia, y en su estadía en París y Niza, ella lo acompañaría a sus recepciones y agasajos. Es posible observarlos en algunas fotografías, en ese verano idílico en las playas de Niza y en diversos homenajes. Ella recorrería el mismo camino que Georgia Hale cuando acompañaba en Estados Unidos a Chaplin, y luego fue abandonada por el cómico infiel. 

Chaplín y Gardel (Mosesco)

Muchos años después cuando el polvo de los años y la evolución del cine pasaba con su ola y arrasaba muchas estrellas del cine mudo que claudicaron, mientras Chaplin se sostuvo y perdura. En su Autografía, 1964, anota que May le había señalado a su antiguo amante mientras departían en el casino. Luego, a la entrada del hotel, May recordó que había dejado los guantes y se devolvió por ellos, truco conocido, y regresó como a las dos horas, pálida y despeinada, eso sí con los guantes. Charles, mujeriego consuetudinario, no le gustaban que charlaran de esa manera y la despidió cortés pero furioso, luego de una escena violenta.

En una de sus biografías hay una referencia donde él se enternece con los secretos que le confiesa el actor a May: “Nos desahuciaban cada cuatro semanas porque no podíamos pagar el alquiler. Cada vez que nos expulsaban teníamos que hacer las maletas, echarnos a la espalda los colchones y las sillas, que eran nuestros, y salir en busca de una nueva casa”. En una ocasión, Reeves y él paseaban por Kennington, ya que a Chaplin le gustaba hacer nostálgicas visitas a su antiguo vecindario. El cómico señaló a su acompañante una ruinosa tienda de comestibles. “¡Qué feliz me sentía cuando tenía la posibilidad de venir corriendo hasta aquí y comprar algo por dos peniques!” Acto seguido le indicó un cobertizo. “Muchas veces he pasado aquí la noche cuando nos largaban de nuestro alojamiento. Pero prefería dormir en un banco del parque.” (Ackroyd Peter, Charlie Chaplin).

Más tarde May escribiría de la mano de una escritora de verdad, Claire Goll, un libro, Intimate Chaplin en 1933, donde aún estaba  fresco el abandono de Chaplin debido a la infidelidad de la bailarina. May en plena molestia afirma, “Charles tiene necesidad de verme sufrir”, después de mostrarlo en el libro como un sádico y un enfermo que le gustaba ver cómo le caían sus lágrimas, nunca negras, para que no la dejara como la náyade triste. Pero Charles no charla ni perdona que le paguen con la misma moneda. Muchos años después para no quedarse atrás en esa senda de mujeres abandonadas, Lita Gray escribiría: My Life with Chaplin, en 1966. Georgia Hale escribiría un libro acerca de sus experiencias con Chaplin, publicado muchos años después, Charlie Chaplin: Intimate Close-Ups, en 1995.  Todas coincidirían con sus lágrimas derramadas debido al carácter del artista.

Pero ya estamos con Carlos Gardel que ha llegado y que actuaría en el Palais du Mediterranée desde el 15 de enero hasta fines de febrero de 1931. En el Palais du Mediterranée, alternaría Gardel con una estrella de music-hall, Mistinguette, cantante y actriz francesa. También actuó con Gregor Kalikian, compositor, director y bailarín de origen turco, que lo acompañaría en las grabaciones de Folie, Madame, c'est vous?, Déja y Je te dirai (esta canción de Kalikian) con su orquesta. Gardel sería ovacionado por cantar en francés. Incluso Kalikian alternaría más tarde con Gardel en Buenos Aires. También en estas presentaciones lo acompañó la contorsionista Veneyo, Vera D’Aruzowa bailarina clásica y Gavin-Gil pareja coreográfica. En el casino del Palais Gardel perdió grandes sumas de dinero jugando a la ruleta. También se disgustaría con su guitarrista José María Aguilar que le había solicitado que salieran con dos mujeres que los buscaban. Ante la negativa de Gardel y una discusión al sentirse agredido en su hombría por no aceptar esta invitación, Aguilar fue despedido y regresó a Buenos Aires. Finalizados sus compromisos artísticos, Gardel, permanecería en Niza hasta mediados de abril.


Chaplín, Gardel y César Romero de pie (Mosesco)


El 26 de marzo de 1931 Julio De Caro con su Sexteto de tango se presentaba en el Palais du Mediterranée de Niza. Este es un lujoso complejo hotelero que incluye un casino situado en el Paseo de los Ingleses. La playa y los juegos de azar atraían turistas y millonarios. En 1920 surgió la idea de un tercer palacio de vacaciones para recibir a los clientes. El proyecto tomó forma gracias al financiero Frank Jay Gould, y al hotelero Joseph Aletti y al propietario de casinos Edouard Baudoin, que quisieron edificar el “casino más lujoso del mundo”. Su construcción se confió al arquitecto Dalmas padre e hijos. El resultado fue extraordinario debido al uso del hormigón armado que permitió alturas y vanos nunca alcanzados hasta entonces. Las fachadas y la decoración interior eran art déco (el vestíbulo de entrada, la imponente escalera de mármol blanco, las enormes ventanas con vidrieras, las maderas preciosas y las lámparas de araña de cristal). La fachada sur estaba decorada con figuras femeninas y caballitos de mar esculpidos por Antoine Sartorio. Durante la noche las fachadas eran iluminadas por proyectores. Cuando en enero de 1929 fue inaugurado el teatro y el restaurante, y dos semanas más tarde, las salas de boule y de bacará, estas fiestas fueron aclamadas por la prensa como el mayor evento de la temporada turística.

Gardel escribiría a Ireneo Leguisamo instándolo para a que viajara desde Buenos Aires; este fue con un amigo de ambos, Ernesto Jiménez, y se hospedaron con Gardel en el Hotel Negresco. El jokey y Gardel se ven juntos en una foto del 25 de febrero de ese año. Con Luis Pierotti, apoderado del cantante, recorrieron varios lugares de la Costa Azul donde Gardel se aficionó a los mariscos, además disfrutaron el paso del Carnaval de Niza. También visitaron a ocho kilómetros de allí la Villa L’Oiseau Blue donde vivía Madame Chesterfield, que era nada menos que Sadie Baron Wakefield heredera de la marca Carreras que producía los cigarrillos rubios Craven ‘A’. Ella pasaba largas temporadas en Niza con su esposo, George T. Wakefield. Gardel fue su amante, gigolo milonguero, además, ella le regaló un auto, -para unos es un Grahan Paige modelo 28, un Chrysler motor 12070 de color negro o un Rolls Royce también negro-. Gardel entre sus amigos, ante preguntas maliciosas, llamaba a Sadie la Tradición, o como añade el actor y crítico de cine Israel Chas de Cruz, Gardel les decía: “Chochamus, aquí traigo al bagayo”. Gardel no podría dejar sola a su mecenas, a pesar de su edad, ya que merodeaba cerca el actor Charles Boyer. El matrimonio Wakefield - Baron inventaría e invertiría en una compañía de la cual Gardel sería el director:  Exito’s Spanish picture, que produjo en 1935 El día que me quieras.


De Caro en una entrevista cuenta como se encontró con Gardel en el Palais du Mediterranée ya muy atildado y muy elegante con un auto lujoso, y otra marca, un De Soto. Además, anota como allí Gardel lo presentó con su sexteto creando mucha emoción al director de orquesta por este gesto amistoso ante el público de turistas millonarios, ociosos de postín. En otra ocasión, ante la presencia de Chaplin, De Caro ejecutó Tierra Negra, Flores Negras y, luego, El Monito a pedido de Chaplin, unas siete veces, para bailar con May entusiasmada en su casual y fugaz luna de miel. Chaplin que amaba a las menores de 18 años, nunca caería en cuenta que May era ya mayor a pesar de sus precauciones.

A principios de abril madame Sadie agasajaría a Chaplin en el Casino Juan les Pins. En varias fotografías de Mosesco es posible notar en la mesa principal a Chaplin, May Reeves, Charles Wakefield y señora, Gardel, Sídney Chaplin, Minnie Gould, y su esposo Frank J. Allí el cómico realizaría algunas actuaciones. Gardel pierde su compostura a carcajada batiente mientras César Romero lo acompaña. Romero muchos años después encarnaría al Guasón en la serie Batman de la televisión. En su libro de despecho May Reeves comentaría como Gardel cantaría para él ante unos cuarenta invitados. Chaplin lo escucharía situándose detrás del bar mientras apuraba una gran botella de coñac y luego partiría una torta con un cuchillo. Allí Chaplin aconseja a Gardel que incursione en el cine, a lo cual el cantor le respondió sobre los contactos con la Paramount de Francia para su película Luces de Buenos Aires, que saldría ese mismo año y, así mismo, Chaplin le pregunta sobre el grado de aceptación de sus películas en Argentina, a lo cual Gardel le respondió con tono positivo.

Chaplín, May, Gardel y Sadie Baron Wakefield (Mosesco)

También, más tarde, en Niza Gardel se encontraría con el autor del afamado tango A media luz, del escritor y diplomático Carlos César Lanzi, con música de Edgardo Donato. Carlos Gardel, que era su amigo, grabó también de Lenzi como letrista no solo A media luz, sino el tango Noches de Montmartre, con música de Manuel Pizarro; ¡Araca París!, tango con música de Ramón Collazo y Por tus ojos negros, una canción rumba de la película Espérame, en colaboración con Alfredo Le Pera y Don Aspiazu.

La amistad de Lenzi y Gardel en aquellos días fue muy estrecha, también lo acompañó a París, Cannes y Montecarlo. Fue invitado por el Morocho a festejar en los Carnavales en Niza, donde fue acompañado con el representante del cantor, Luis Pierotti. Pierotti que era muy disciplinado se quejaba que Gardel permanecía mucho tiempo en Niza, y no era para menos, allá se encontraba no la mujer de sus sueños, sino una de más peso y pesos, Sadie Baron Wakefield. Cuando los visitantes llegaron a Niza en un pequeño auto deportivo. Carlos les bromeaba —«¿Y se vinieron con esa cucaracha? ¡Pero ustedes están locos! ¿Se dieron cuenta la figura que hacen arriba de eso?

El Carnaval de Niza posee una tradición que llega desde 1294, y desde el siglo pasado se considera una meta del turismo de élite, allí existen desfiles de carrozas, la batalla de las flores,  se escribe un manifiesto y, además, se nombra el Rey del Carnaval, su figura en papel maché es entronizada durante el carnaval en la Place Masséna, y al final se incinera. Cada año posee un motivo diferente.

Más tarde Chaplin publicaría su Autobiografía, 1964, donde menciona sus viajes y las personas importantes que conoció. En cuanto a su estadía en Francia causa curiosidad y refiere el encuentro con Emil Ludwig biógrafo de Napoleón, Bismark y Balzac, que le llevaba una corona de laurel para homenajearlo y que le dijo: “El sesenta y cinco por ciento de la historia no se cuenta porque complica a otras personas”. Chaplin con la ebriedad de saber que era admirado en todo el mundo no menciona a Gardel. No sé si le había comentado a Carlitos de su aceptación por el tango y de cómo en su última película, Luces de la ciudad, no había incluido un tango compuesto por él mismo: “Beutiful, Wonderful Eyes”. En septiembre 23 de ese mismo año se estrena Luces de Buenos Aires en Argentina. En esta película y Gardel canta Tomo y Obligo (Romero y Gardel) y el vals El rosal (Romero y Matos Rodríguez).

Sobre Gardel sus mujeres lo idealizaron y fueron sus amantes, pocas hablaron mal de él, incluso en Medellín, Las viudas de Gardel, que lo aman, desfilan frente a su estatua en Manrique, cada 24 de junio, van vestidas de un tallado vestido y velo negro que cubre sus labios de rojo cruel, medias de seda negra, por supuesto, y tacones de bailarina de tango, todo un vintage erótico, esperando que retornara, pero Gardel ya anda en otros ámbitos. El gran Juan José Sebrelli en su libro, Comediantes y mártires, sí agua la fiesta y da su versión personal de Gardel. Y no era para menos él debía bajar de su pedestal a los mitos argentinos: Gardel, Evita, el Che y Maradona...

Fotografías de Mosesco, Niza, 1931