Sadie Baron, Wakefield, César Romero, Gardel, May y Chaplín (Mosesco) |
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Tango y cine (1):
Charles Chaplin y Carlos
Gardel, tango en Niza
Víctor Bustamante
Para Asdrúbal Valencia,
La inteligencia y el talento
Luego
de haber presentado Luces de la ciudad
en enero de 1931, desde Nueva York, Chaplin se embarca en el vapor Olympic para
Europa. En Londres el 19 de febrero fue agasajado por toda clase de curiosos y
autoridades de diverso pelambre, incluso asistió al estreno de su película,
luego con aires de notoriedad saluda a Winston Churchill, a George Bernard Shaw,
a Keynes (¿Qué hablaría con un economista?), y al regreso a Gandhi. En algunos
de los noticiarios de la British Pathé es notoria su presencia. Luces de la ciudad es una película
parcialmente muda ya que los productores le pusieron música a una tercera parte
con canciones de Chaplin y una de Arthur Johnston, arreglista y compositor.
Chaplin, que avizoraba otros caminos para el cine, decía, “Las películas
habladas podrán estar muy bien para los demás. Para mí no”.
De Londres siguió para Berlín y Viena, y el 22 de marzo llegó a París. De ahí se fue para la Costa Azul donde un amigo suyo Frank Jay Gould que poseía el Majestic Hotel y el Casino de Niza. Gould había creado la Virginia Railway and Power Company en Richmond, Virginia. Había conocido a Chaplin ya que su segunda esposa era hermana de Hetty Kelly, una de las ex mujeres del cómico. Recién llegado a Niza, durante un agasajo, Chaplin, todo ojos, vio bailar una chica en el casino de su amigo Frank Jay y quedó apresado por su talento y belleza, es decir, por el deseo de una aventura mediterránea; Chaplin no perdía el tiempo. De un momento a otro necesitaba, quien le colaborara a su secretario, Carlyle Robinson, además ella hablaba varios idiomas. Le fue presentada y cedida por su hermano Sídney, que era su amante. Se llamaba May Reeeves, bailarina checoeslovaca, conocida como, “La más bella náyade de la Costa Azul”. May señala que fue invitada a una reunión al apartamento de Charlie Chaplin que inició su conversación de manera amistosa: “Eres encantadora, "¿Puedes bailar tango? " "Pero el tango es mi trabajo. Soy una” bailarina acrobática y acabo de regresar de Italia, de Viena, de Berlín", respondió May. Eso sí, Chaplin le bailó como en su corto Sunnyside, e imaginativo no dejaba de mirarle sus labios.
May
trabajaría solo un día ya que Chaplin la convertiría en su amante y en
su intérprete; eso sí, con asignación semanal. Durante un año en que ambos
pasaron en el sur de Francia y Argelia, y en su estadía en París y Niza,
ella lo acompañaría a sus recepciones y agasajos. Es posible observarlos en
algunas fotografías, en ese verano idílico en las playas de Niza y en diversos homenajes. Ella
recorrería el mismo camino que Georgia Hale cuando acompañaba en Estados Unidos
a Chaplin, y luego fue abandonada por el cómico infiel.
Chaplín y Gardel (Mosesco) |
Muchos
años después cuando el polvo de los años y la evolución del cine pasaba con su ola y arrasaba muchas estrellas del cine mudo que claudicaron, mientras Chaplin se sostuvo y
perdura. En su Autografía, 1964, anota que May le había señalado a su
antiguo amante mientras departían en el casino. Luego, a la entrada del hotel,
May recordó que había dejado los guantes y se devolvió por ellos, truco
conocido, y regresó como a las dos horas, pálida y despeinada, eso sí con los
guantes. Charles, mujeriego consuetudinario, no le gustaban que charlaran de
esa manera y la despidió cortés pero furioso, luego de una escena violenta.
En
una de sus biografías hay una referencia donde él se enternece con los secretos
que le confiesa el actor a May: “Nos desahuciaban cada cuatro semanas porque no
podíamos pagar el alquiler. Cada vez que nos expulsaban teníamos que hacer las
maletas, echarnos a la espalda los colchones y las sillas, que eran nuestros, y
salir en busca de una nueva casa”. En una ocasión, Reeves y él paseaban por
Kennington, ya que a Chaplin le gustaba hacer nostálgicas visitas a su antiguo
vecindario. El cómico señaló a su acompañante una ruinosa tienda de
comestibles. “¡Qué feliz me sentía cuando tenía la posibilidad de venir
corriendo hasta aquí y comprar algo por dos peniques!” Acto seguido le indicó
un cobertizo. “Muchas veces he pasado aquí la noche cuando nos largaban de
nuestro alojamiento. Pero prefería dormir en un banco del parque.” (Ackroyd
Peter, Charlie Chaplin).
Más
tarde May escribiría de la mano de una escritora de verdad, Claire Goll, un
libro, Intimate Chaplin en 1933,
donde aún estaba fresco el abandono de Chaplin debido a la infidelidad de la bailarina. May en plena
molestia afirma, “Charles tiene necesidad de verme sufrir”, después de
mostrarlo en el libro como un sádico y un enfermo que le gustaba ver cómo le caían
sus lágrimas, nunca negras, para que no la dejara como la náyade triste. Pero Charles no charla
ni perdona que le paguen con la misma moneda. Muchos años después para no quedarse atrás en esa senda de mujeres
abandonadas, Lita Gray escribiría: My
Life with Chaplin, en 1966. Georgia Hale escribiría un libro acerca de sus
experiencias con Chaplin, publicado muchos años después, Charlie Chaplin: Intimate Close-Ups, en 1995. Todas coincidirían con sus lágrimas
derramadas debido al carácter del artista.
Pero
ya estamos con Carlos Gardel que ha llegado y que actuaría en el Palais du
Mediterranée desde el 15 de enero hasta fines de febrero de 1931. En el Palais
du Mediterranée, alternaría Gardel con una estrella de music-hall, Mistinguette,
cantante y actriz francesa. También actuó con Gregor Kalikian, compositor, director y bailarín de origen turco, que
lo acompañaría en las grabaciones de Folie,
Madame, c'est vous?, Déja y Je te dirai
(esta canción de Kalikian) con su orquesta. Gardel sería ovacionado por cantar
en francés. Incluso Kalikian alternaría más tarde con Gardel en Buenos Aires.
También en estas presentaciones lo acompañó la contorsionista Veneyo, Vera
D’Aruzowa bailarina clásica y Gavin-Gil pareja coreográfica. En el casino del
Palais Gardel perdió grandes sumas de dinero jugando a la ruleta. También se
disgustaría con su guitarrista José María Aguilar que le había solicitado que
salieran con dos mujeres que los buscaban. Ante la negativa de Gardel y una
discusión al sentirse agredido en su hombría por no aceptar esta invitación,
Aguilar fue despedido y regresó a Buenos Aires. Finalizados sus compromisos
artísticos, Gardel, permanecería en Niza hasta mediados de abril.
Chaplín, Gardel y César Romero de pie (Mosesco) |
El
26 de marzo de 1931 Julio De Caro con su Sexteto de tango se presentaba en el
Palais du Mediterranée de Niza. Este es un lujoso complejo hotelero que incluye
un casino situado en el Paseo de los Ingleses. La playa
y los juegos de azar atraían turistas y millonarios. En 1920 surgió la idea de un tercer palacio de vacaciones
para recibir a los clientes. El proyecto tomó forma gracias al financiero Frank
Jay Gould, y al hotelero Joseph Aletti y al propietario de
casinos Edouard Baudoin, que quisieron edificar el “casino más lujoso del mundo”.
Su construcción se confió al arquitecto Dalmas padre e hijos. El resultado fue extraordinario
debido al uso del hormigón armado que permitió alturas y vanos nunca alcanzados
hasta entonces. Las fachadas y la decoración interior eran art déco (el
vestíbulo de entrada, la imponente escalera de mármol blanco, las enormes
ventanas con vidrieras, las maderas preciosas y las lámparas de araña de
cristal). La fachada sur estaba decorada con figuras femeninas y caballitos de
mar esculpidos por Antoine Sartorio. Durante la noche las fachadas eran
iluminadas por proyectores. Cuando en enero de 1929 fue inaugurado el teatro y
el restaurante, y dos semanas más tarde, las salas de boule y de bacará, estas
fiestas fueron aclamadas por la prensa como el mayor evento de la temporada turística.
Gardel
escribiría a Ireneo Leguisamo instándolo para a que viajara desde Buenos Aires;
este fue con un amigo de ambos, Ernesto Jiménez, y se hospedaron con Gardel
en el Hotel Negresco. El jokey y Gardel se ven juntos en una foto del 25 de
febrero de ese año. Con Luis Pierotti, apoderado del cantante, recorrieron
varios lugares de la Costa Azul donde Gardel se aficionó a los mariscos, además
disfrutaron el paso del Carnaval de Niza. También visitaron a ocho kilómetros
de allí la Villa L’Oiseau Blue donde vivía Madame Chesterfield, que era nada
menos que Sadie Baron Wakefield heredera de la marca Carreras que producía los
cigarrillos rubios Craven ‘A’. Ella pasaba largas temporadas en Niza con su
esposo, George T. Wakefield. Gardel fue su amante, gigolo milonguero, además,
ella le regaló un auto, -para unos es un Grahan Paige modelo 28, un Chrysler
motor 12070 de color negro o un Rolls Royce también negro-. Gardel entre sus
amigos, ante preguntas maliciosas, llamaba a Sadie la Tradición, o como añade
el actor y crítico de cine Israel Chas de Cruz, Gardel les decía: “Chochamus, aquí
traigo al bagayo”. Gardel no podría dejar sola a su mecenas, a pesar de su
edad, ya que merodeaba cerca el actor Charles Boyer. El matrimonio Wakefield - Baron
inventaría e invertiría en una compañía de la cual Gardel sería el
director: Exito’s Spanish picture, que
produjo en 1935 El día que me quieras.
De
Caro en una entrevista cuenta como se encontró con Gardel en el Palais du
Mediterranée ya muy atildado y muy elegante con un auto lujoso, y otra marca, un
De Soto. Además, anota como allí Gardel lo presentó con su sexteto creando mucha
emoción al director de orquesta por este gesto amistoso ante el público de
turistas millonarios, ociosos de postín. En otra ocasión, ante la presencia de
Chaplin, De Caro ejecutó Tierra Negra, Flores
Negras y, luego, El Monito a
pedido de Chaplin, unas siete veces, para bailar con May entusiasmada en su
casual y fugaz luna de miel. Chaplin
que amaba a las menores de 18 años, nunca caería en cuenta que May era ya mayor
a pesar de sus precauciones.
A
principios de abril madame Sadie agasajaría a Chaplin en el Casino Juan les
Pins. En varias fotografías de Mosesco es posible notar en la mesa principal a Chaplin, May Reeves, Charles Wakefield y señora, Gardel, Sídney Chaplin, Minnie
Gould, y su esposo Frank J. Allí el cómico realizaría algunas actuaciones. Gardel pierde su compostura a carcajada batiente mientras César Romero lo
acompaña. Romero muchos años después encarnaría al Guasón en la serie Batman de la televisión. En su libro de despecho May Reeves comentaría como Gardel cantaría
para él ante unos cuarenta invitados. Chaplin lo escucharía situándose detrás
del bar mientras apuraba una gran botella de coñac y luego partiría una torta con
un cuchillo. Allí Chaplin aconseja a Gardel que incursione en el cine, a lo
cual el cantor le respondió sobre los contactos con la Paramount de Francia
para su película Luces de Buenos Aires,
que saldría ese mismo año y, así mismo, Chaplin le pregunta sobre el grado de
aceptación de sus películas en Argentina, a lo cual Gardel le respondió con
tono positivo.
Chaplín, May, Gardel y Sadie Baron Wakefield (Mosesco) |
También,
más tarde, en Niza Gardel se encontraría con el autor del afamado tango A media luz, del escritor y diplomático
Carlos César Lanzi, con música de Edgardo Donato. Carlos Gardel, que era su
amigo, grabó también de Lenzi como letrista no solo A media luz, sino el
tango Noches de Montmartre, con
música de Manuel Pizarro; ¡Araca París!,
tango con música de Ramón Collazo y Por tus ojos negros, una canción rumba de la película Espérame, en colaboración con Alfredo Le Pera y Don Aspiazu.
La
amistad de Lenzi y Gardel en aquellos días fue muy estrecha, también lo
acompañó a París, Cannes y Montecarlo. Fue invitado por el Morocho a festejar en
los Carnavales en Niza, donde fue acompañado con el representante del cantor,
Luis Pierotti. Pierotti que era muy disciplinado se quejaba que Gardel
permanecía mucho tiempo en Niza, y no era para menos, allá se encontraba no la
mujer de sus sueños, sino una de más peso y pesos, Sadie Baron Wakefield.
Cuando los visitantes llegaron a Niza en un pequeño auto deportivo. Carlos les
bromeaba —«¿Y se vinieron con esa cucaracha? ¡Pero ustedes están locos! ¿Se
dieron cuenta la figura que hacen arriba de eso?
El
Carnaval de Niza posee una tradición que llega desde 1294, y desde el siglo
pasado se considera una meta del turismo de élite, allí existen desfiles de
carrozas, la batalla de las flores, se escribe
un manifiesto y, además, se nombra el Rey del Carnaval, su figura en papel
maché es entronizada durante el carnaval en la Place Masséna, y al final
se incinera. Cada año posee un motivo diferente.
Más
tarde Chaplin publicaría su Autobiografía,
1964, donde menciona sus viajes y las personas importantes que conoció. En
cuanto a su estadía en Francia causa curiosidad y refiere el encuentro con Emil
Ludwig biógrafo de Napoleón, Bismark y Balzac, que le llevaba una corona de laurel
para homenajearlo y que le dijo: “El sesenta y cinco por ciento de la historia
no se cuenta porque complica a otras personas”. Chaplin con la ebriedad de
saber que era admirado en todo el mundo no menciona a Gardel. No sé si le había
comentado a Carlitos de su aceptación por el tango y de cómo en su última
película, Luces de la ciudad, no
había incluido un tango compuesto por él mismo: “Beutiful, Wonderful Eyes”. En septiembre 23 de ese mismo año se estrena Luces de Buenos Aires en
Argentina. En esta película y Gardel canta Tomo y
Obligo (Romero y Gardel) y el vals El
rosal (Romero y Matos Rodríguez).
Sobre
Gardel sus mujeres lo idealizaron y fueron sus amantes, pocas hablaron mal de
él, incluso en Medellín, Las viudas de Gardel, que lo aman, desfilan frente a
su estatua en Manrique, cada 24 de junio, van vestidas de un tallado vestido y
velo negro que cubre sus labios de rojo cruel, medias de seda negra, por
supuesto, y tacones de bailarina de tango, todo un vintage erótico, esperando
que retornara, pero Gardel ya anda en otros ámbitos. El gran Juan José
Sebrelli en su libro, Comediantes y mártires, sí agua la fiesta y da su versión personal de Gardel. Y no era para menos él
debía bajar de su pedestal a los mitos argentinos: Gardel, Evita, el Che y
Maradona...
Fotografías de Mosesco, Niza, 1931
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