miércoles, 20 de abril de 2011

Milonga del pelo largo de Gastón Ciarlo











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Milonga del pelo largo


de


Gastón Ciarlo

Víctor Bustamante

........................................................................A Ekaterina Tchernova

Cuando escuché por primera vez “Milonga del pelo largo” de una me atrapó, así ocurre con la buena música: llega sin ser invitada y de una vez se instala en nuestra presencia y es un reto para la memoria, es decir queda para siempre. Es tal la fuerza de seducción, de su música y su letra, que hacen de ella una obra maestra; ambas se conjugan en el momento preciso, ese extraño instante en que quien la compone se debe de quedar extasiado al preguntarse de dónde, de qué extraña región interior, ha salido algo tan bello: su milonga.
Escucharla es como si hubiera sido escrita esta mañana, lo digo parodiando a Borges, y en realidad aun está fresca esta canción no sólo debido a su letra sino a esas guitarras sentenciosas con su fraseo, pero, y este pero, es casi una excusa había sido escrita en 1968, lo cual era inexcusable para mi, melómano desde el rock, el blues, el tango pasando por tantos aires musicales, y me parece imperdonable que no hubiera escuchado esta canción a un paso entre la milonga y el rock.
A pesar de haber sido compuesta hace tantos años aun mantiene intacta su buena dosis de utopia, que es lo que la hace grande: refiere el momento cenital cuando la rebeldía juvenil dejó crecer los cabellos y puso en la mesa del presente su rebeldía y sus sueños, pero al mismo tiempo mantiene la desconfianza por las penas heredadas, y sobre todo ese estoicismo de esa generación que se debió tragar, sin masticar, sus mismos sueños que con el paso del tiempo no se cumplieron.
También su letra menciona la violencia de una forma contundente, incluso, hay una estrofa que es dura en lo cotidiano, que ha sido quitada de algunas versiones.
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Trabajo para esa máquina que se pudre
que no funciona, que no produce
Frazada del pobre hombre que siente frío
y no se queja, ya no se queja
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Además insiste en la necesidad de irse a otro lugar, algo que fue corriente y soñado por una generación.
He escuchado varias versiones: una de Adriana Varela que le da más aire de tango presencia a un coro final que es un lamento duro; hay otra de Zitarrosa con su voz potente, hay otra de un grupo de rock Níquel que la reclama como un emblema del rock uruguayo. Pero prefiero a la que canta su autor, ya que en esa interpretación está el corazón de quien la compuso y la hace sentir como si fuera nuestra, ya que cada palabra, cada acorde surge desde esa noche ardua de la creación cuando la música y la letra van apareciendo como si uno se adentrara en un laberinto y cuando menos se piensa ahí esta esa síntesis de guitarra acústica su voz, las guitarras eléctricas, los tambores como los concibió su autor, en lo que podría llamar una jam sessión como hacen en jazz. Sé que la voy a escuchar en algún café de Montevideo en una sesión intima con poca gente cuando el Montevideo blues la desgaja y me desgarra.
No sé si “Milonga del pelo largo” será una síntesis entre el rock y la milonga, pero lo cierto es que Gastón Ciarlo abre una posibilidad creativa.
Lo único cierto es que su autor nos entrega, como lo dije ahora, una obra maestra que en cinco minutos nos habla de la frustración colectiva de una generación que ha dejado su gran huella pero sobre todo del despertar de un sueño que aun espera que algo se cumpla.
“Milonga del pelo largo” está en nosotros como una balada impresa en el tiempo, como algún blues del delta del Missisipi, como una bella balada de Led Zeppelin pero sobre todo como una exquisita milonga con el sabor del Uruguay.
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Milonga de pelo largo
(Gastón Ciarlo “Dino”)
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Milonga de pelo largo, de ojos oscuros,
como la noche, como la noche;
historia de penas grandes, de gente joven,
de penas viejas, de veinte años.
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Consuelo de los que viven siempre arrastrados
por la rutina, qué cosa seria.
Recuerdo de los que huyen de nuestra tierra,
de la miseria, de la violencia.
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Te ofrezco mis margaritas que están vacías,
que están marchitas, que ya están secas.
Te doy todas las renuncias de cosas simples
que llevo hechas, que llevo hechas.
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Trabajo para esa máquina que se pudre
que no funciona, que no produce
Frazada del pobre hombre que siente frío
y no se queja, ya no se queja
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Milonga, mi compañera que me comprende,
que me protege y que me abriga.
Frazada del pobre hombre que siente frío
y no se queja, ya no se queja.

2 comentarios:

Ramosn dijo...

Muchas gracias señor Bustamane por darme a concoer esta bella milonga con sus aires modernos

Laura dijo...

Victor que maravilla de cancion. Te agradzo esa presencia.
Va un abrazo