domingo, 2 de agosto de 2015

Las plumas de Gardel y otras tanguerías de Reinaldo Spitaletta


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Las plumas de Gardel y otras tanguerías 
de
Reinaldo Spitaletta

Víctor Bustamante

Este libro, Las plumas de Gardel y otras tanguerías, fue escrito con paciencia, como si poco a poco, en sus diversas crónicas, su autor fuera adentrándose y develando ese territorio del tango, y, sobre todo, la presencia en Medellín de ese cantor, Carlos Gardel, que aun arrasa en el lugar que sea escuchado. Y no es para menos, el libro interroga pormenores acerca de su paso trágico por la ciudad, no en vano ausculta su exégesis en mito ciudadano, y a medida que lo vamos devorando el libro aparecen las diversas maneras de su aceptación en la ciudad, uno de ellos el  testimonio del estudiante Jaime Rodríguez, que ha palpado su cadáver, y lo ha adecuado para llevarlo al ataúd. Pero como los mitos permiten las dudas aparece el relato de otro médico que asegura que ese no era Gardel, por algo específico, faltaron más pruebas. Así prosigue una crónica narrándonos la fantasía nunca tropical del lugar de nacimiento de Carlitos, del Inoxidable digo, en Tacuarembó.
Spitaletta interroga las diversas vicisitudes del cantor argentino en Medellín, la logia de amigos que lo asumieron como su ídolo, los lugares donde perdura su memoria, sus adeptos a ultranza, por supuesto, que en esa logia, el autor es uno de ellos, aquel que sirvió como testigo de estas deliciosas crónicas que nos recuerda como aún existe mucho Gardel en la ciudad.
Cierto, Spitaletta ha trasegado por diversos lugares de la ciudad, así como ha indagado con los últimos testigos, en primera línea del tango, también nos ha narrado la búsqueda de aquellos tangos que expresaron a Buenos Aires con bellas metáforas que sirvieron de pretexto para ir a buscarla allá en el sur.
En esta nota introductoria hemos sido testigos de la aparición de un libro de tango en Medellín, talvez el más sentido este año. El autor ha sido acompañado por su gran amigo Memo Ánjel quien le ha servido de partenaire y a la vez de contrapunto no solo el tango sino en sus diversos libros y proyectos literarios escritos a dos manos. En este video podemos notar la sapiencia, el afecto y la presencia del tango en la ciudad en las palabras de Spitaletta.
Es cierto, al morir Gardel en la ciudad, dejó una parte, hasta el punto en que fue adoptado como nuestro.  Spitaletta no ha dejado que alguna parte de esa historia se pierda.