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Juan Carlos Godoy en Medellín
Victor Bustamante
Siempre he escuchado dos o tres tangos de Juan Carlos Godoy, uno de ellos: “Entre tu amor y mi amor”, que es uno de sus clásicos”, otro “Obsesión”. Esos tangos escuchados de manera reiteativa en cafés o desde la radio bastaron para que el hiciera parte de esa antología personal de tangos que uno lleva consigo y que cuando los escucha, a pesar de las modas musicales, uno sabe que han quedado integro. Además ocurre lo imprevisto, con algunos tangos ocurre que uno siempre quiere escucharlos es en la voz de ellos mismos, sus cantores iniciales.
Victor Bustamante
Siempre he escuchado dos o tres tangos de Juan Carlos Godoy, uno de ellos: “Entre tu amor y mi amor”, que es uno de sus clásicos”, otro “Obsesión”. Esos tangos escuchados de manera reiteativa en cafés o desde la radio bastaron para que el hiciera parte de esa antología personal de tangos que uno lleva consigo y que cuando los escucha, a pesar de las modas musicales, uno sabe que han quedado integro. Además ocurre lo imprevisto, con algunos tangos ocurre que uno siempre quiere escucharlos es en la voz de ellos mismos, sus cantores iniciales.
Aquí en esta tarde del 24 de Junio en la Casa Gardeliana de Medellín, Juan Carlos Godoy está a mi lado y fui incapaz de iniciar un diálogo con él, algo que definiera su presencia en la ciudad. Respeto puede ser la palabra, admiración puede ser la otra palabra. Lo cierto del caso es que espero conversar con él, entrevistarlo, pero ese 24 fui incapaz de alentar una conversación.
Aquí algunos fragmentos de mi indecisión.
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