lunes, 21 de julio de 2025

Carlos Gardel en Cartagena. / Víctor Bustamante

 

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Carlos Gardel en Cartagena.

Víctor Bustamante

Carlos Gardel, junto a su comitiva, viajaron el 6 de junio de 1935 en un hidroavión de Scadta que había despegado del Hidropuerto de Veranillo en Barranquilla. Allí quedaban los hangares, los talleres, el edificio para la atención al público y las bodegas. En Veranillo se armaron los dos primeros aviones Junker F-13, sus talleres eran visitados por curiosos para ver cómo se armaban aquellos aparatos metálicos. Los primeros aviones de Scadta aterrizaban en el río Magdalena y luego entraban por un caño hasta las instalaciones de Veranillo. Ya para 1921, habían llegado tres aviones más y se estableció un servicio regular de vuelos entre Barranquilla y Girardot.

A las tres de la tarde el hidroavión con los visitantes acuatizó en la bahía y se dirigió al muelle flotante de madera cerca de la Isla de los Chivos, para así llegar a las instalaciones de Scadta. El terminal de Cartagena de Indias, se denominaba la “Casa de Cruceros” y era una edificación de madera que ahora se utiliza para brindar a los turistas un sitio acogedor. La “Casa de Cruceros”, fue erigida en la zona portuaria por la Frederick Snare Corporation, durante la construcción del terminal marítimo en 1932. En esas casas de madera, tambos, residieron los funcionarios de alto rango. En este lugar funcionó, hasta 1939, la sección operativa de la sociedad Colombo-Alemana de Transporte Aéreo “Scadta”. Allí se destacaba un gran kiosco y sobre él una veleta, para indicar la dirección de los vientos. Los hidroaviones acuatizaban en la bahía, y propulsados por sus hélices se aproximaban a un muellecito flotante, por donde los pasajeros abordaban o se desembarcaban de los aviones.

El día anterior a la visita del cantor había caído en Cartagena un sorpresivo, desusado e inevitable aguacero que llegó a preocupar a sus organizadores; temían que no asistiera nadie o pocas personas al espectáculo, ya que el teatro no poseía techo.

Gardel con sus guitarristas y otras personas, su secretario Plaja y Celedonio Palacios fueron recibidos, especialmente por el empresario Rafael Pinzón Rivera y por Ignacio Villarreal Franco, dueño de la emisora “Ondas de la Heroica”. Rafael Pinzón Riveros, había trabajado en la capital del país al lado del capitán Pablo E. Nieto, padre de Víctor Nieto Núñez, protagonista de la historia local del cine. Pinzón Riveros, bogotano, llegó a Cartagena desde 1921. Así lo describe el "Tuerto" López en un soneto de 1936.

RAFAEL PINZON RIVEROS

(Natural de Hollywood)

"Diminuto y locuaz" como el partido

de Carlos E. Restrepo, bien pudiera

ser el último gnomo aquí escondido,

sin gorro puntiagudo y sin chivera...

 

Minúsculo, simpático y garrido,

plantó un cinematógrafo a la espera

de hacer plata y quedarse mal ferido...

Y en su enorme obsesión peliculera,

 

siempre anda por la calle a todo trapo...

y cuando va de prisa por la calle,

con la intranquilidad de un delincuente

 

y toda la inquietud de un gusarapo,

da la impresión, según Jacob Delvalle,

¡de una sílaba que huye de la gente!

 

Pinzón Riveros vio que para 1930 el Teatro Variedades, ubicado en la antigua capilla de Santa Cruz, había caído en desuso y era un depósito de basuras. Pero consiguió que la familia Porto le cediera el teatro y lo puso a funcionar.

Pinzón muy creativo corrigió algo con lo que el denomina sincronización. Y añade:

 

“Tenía yo una gran colección de discos y yo mismo hacía la programación y ponía las piezas según los episodios de las películas. En ésa época solía suceder que la banda de músicos podía estar tocando un danzón caliente mientras se moría alguien en la pantalla. Yo cambié el sistema poniendo en casos semejantes un disco de música fúnebre. En la película 'Pasión y muerte de nuestro señor Jesucristo', cuando Pedro estaba negando a Jesús, puse un sonoro canto de gallo que tenía grabado. El público aplaudió a más no poder y mi sistema de 'sincronización' quedó consagrado, con lo que me ahorraba treinta pesos que me cobraban los músicos"

Tambien lo aguardaba Antonio Dáger que cuando estudiaba en París, se hizo amigo del cantor y había servido de enlace con el empresario Pinzón.

Gardel sabía utilizar los nacientes medios de comunicación y, por supuesto, se dirigió a la emisora Ondas de la Heroica situada en el segundo piso del edificio Pombo, de la calle del Cuartel para saludar al público y, además, para invitarlos a sus presentaciones como había pocos receptores de radio en la ciudad fue necesario disponer bocinas en Boca del Puente para que los ciudadanos acudieran al Camellón de los Mártires a escuchar la programación estelar.

El cine era una de las pocas actividades nocturnas. Allí incluso, en el teatro, se podían ver los asistentes con sus mujeres añoradas, pero desde lejos, ya que como norma general las mujeres asistían solas al palco y los hombres se situaban en platea. Desde abajo los hombres miraban hacia arriba como si atisbaran un paisaje ajeno en el entreacto, y no a una mujer determinada. El teatro no tenía techo lo cual daba la posibilidad de que cuando lloviera el público se guareciera bajo un cobertizo o en el palco. Este teatro fue construido en el patio del antiguo convento de San Francisco, donde antes rezaban sus oraciones los monjes. El lienzo de proyección para las películas estaba pegado a las murallas del templo antiguo y casi unidas al escenario, además hay unas veinte palmeras que daban la apariencia en conjunto de un zoco en algún país árabe. Cuando terminaba el espectáculo se encendían las luces eléctricas y se veía la torre desde otra óptica, así como la vegetación a los alrededores, solo quedaba mirar las estrellas desde las sillas y escuchar a lo lejos la música de los negros bulliciosos y alegres que se imponía.

Rafael Ballestas Morales, en su libro, Cartagena de Indias, Relatos de la vida  cotidiana y otras  historias, relata:

 “Recuerda Rafael Franco Carrasquilla, "Tony Porto", que, cuando llegó Gardel con sus guitarristas al frente del “Teatro Variedades”, él, junto con sus amigos Juan Zarur y Francisco Rodríguez Briñes, todos muchachos, corrieron hacia el carro que los traía a cargarles las maletas que contenían los diferentes instrumentos, para poder "colarse" al teatro con ellos y no pagar las entradas, lo que, en efecto, lograron. Esta audaz pilatuna le dio a “Tony Porto” y sus amigos, sin quererlo, la ocasión de ver a Gardel en "paños menores" porque al llegar al camerino improvisado con cuatro varas de mangle y una lona, los artistas comenzaron a cambiarse de ropas, entre ellos Gardel, quien usaba, dice “Tony Porto”, unos calzoncillos largos hasta las espinillas, con ligas, que en aquellos tiempos llamaban" calzoncillos de conservadores", porque eran parte de la indumentaria de los viejos patricios de ese partido”.

 Como el teatro solo estaba habilitado para presentar cine existía un telón en la mitad. De tal manera se habilitó una suerte de escenario con guirnaldas y serpentinas, lo cual fue tambien engalanado con un telón con paisajes de la pampa, el cual le daba ese aspecto de llevar a los espectadores a otro país a lo cual se sumaba la vestimenta de los artistas, orgullosos en el escenario al lucir la estampa del folklor argentino, en el escenario al salir y actuar elegantes como los gauchos de las películas. Los visitantes, por supuesto, aportaron su toque de distinción al sacar de sus maletas este que llamaba la atención., pero también aparecieron otros visitantes, y fueron aquellas personas que se encaramaron a las palmeras para observar el show de tango.

Al final del espectáculo ante una afluencia de hermosas y apasionadas seguidoras del cantor que obstaculizaban el automóvil Pontiac de Pinzón Riveros, fue proverbial la acostumbrada simpatía de Gardel. Cuando lograron zafarse de su afición hacia él, se dirigieron al Hotel Americano, donde se hospedaban.

En las primeras décadas del siglo XX el Hotel Americano, fundado por la visionaria señora Walters, fue símbolo de modernidad y prestigio. La señora Camila Walters, era mujer adelantada a su tiempo, conocida como “la madama Walters”, era considerada una figura excéntrica y revolucionaria, siendo la primera mujer en la ciudad en usar pantalones, fue la primera chofer de la ciudad, jugaba tenis y sabía de mecánica; Es decir que desafiaba los convencionalismos de la época y generaba admiración y controversia. Luego llegaría a ser la directora de una Feria del libro.  

El Hotel Americano, ubicado al lado de la Universidad de Cartagena, era más que un simple hospedaje, pues se trataba de un punto de encuentro para viajeros, intelectuales y figuras prominentes de la ciudad.

Además, en un edificio contiguo, la señora Walters estableció la fábrica de gaseosas Kola Walters, que se destacó no solo por su calidad, sino también por su compromiso con el deporte local, durante las décadas de 1920 y 1930, Kola Walters patrocinó equipos de béisbol, un deporte que comenzaba a consolidarse como pasión cartagenera.

Esa misma noche Gardel fue presentado exitosamente en el Teatro Variedades, que era un coliseo al aire libre donde se presenta los días el jueves 6 y viernes 7 de junio, con un lleno total en vespertina y noche. En un restaurante céntrico le celebraron el cumpleaños a Alfredo Le Pera que cumplía 35 años con una gran cena con los empresarios y autoridades. Henry Swartz, representante de la Universal, se encuentra presente y es el organizador de los recitales que hará el cantor en Bogotá.

Luego reaparece la parte nocturna, el paseo a las casas de citas que se hace tan presente ante los visitantes, y es atenderlos como se merecen ante otras mujeres visitadas, para así conocer y apropiarse como el capitán  Burton hizo en Namibia que buscaba mujeres en los burdeles para que le contaran como era la ciudad, parece que unos aficionados a Gardel y al tango lo homenajearon en un burdel, en donde el cantante hizo deshizo con una pupila llamada la “Mula Americana”, con amplia experiencia en la Zona del canal y en algunos puertos españoles, lo que casi produce un incidente al darse su cuenta Don Juan que era engañado de una manera magistral con un cantor de postín.

Continúa Rafael Ballestas Morales, en su libro, Cartagena de Indias, Relatos de  la  vida  cotidiana y otras  historias .

“El "Zorral Criollo" fue objeto de numerosas atenciones de sus admiradores y amigos en esta villa. David Dager Gerala, quien lo había conocido en París, lo recibió efusivamente y lo invitó a cenar a su casa de El Cabrero. El Cónsul de Argentina, Tomás Watts Amaya, hijo del segundo matrimonio de Tomás Watts Porras, bisabuelo de Karol Rumié Bossio, le ofreció un almuerzo en su residencia del Camino Arriba del Pie de la Popa. Resulta que el señor Watts Amaya había viajado a la ciudad de New York y allá conoció a unad ama argentina de apellido Romeli, muy acaudalada, con quien contrajo matrimonio. Luego se radicaron en Cartagena, donde se les designó cónsules de aquel país austral. Por ello agasajaron a Gardel y a sus tres guitarristas, Aguilar, Plaja y Riverol, e invitaron a lo más granado de la sociedad cartagenera. Allí estaban, además, "Fun" Lequerica Martínez y Karol Rumié Bossio, unos curiosos impúberes; el primero, vecino y amigo de una hija de los dueños de casa y, el segundo, sobrino del anfitrión. Cierto asistente recuerda cómo el señor Watts Amaya, luego de una canción de Gardel, le presentó a los menores, diciéndole: "Este es "Fun", vecino y amigo de mi hija Milisen,  y este es Karol, mi sobrino, en quien tengo puestas todas mis esperanzas de que será un gran cantante, porque siempre lo oigo tararear tus canciones". Gardel puso su mano derecha sobre la cabeza de Karol, y, sacudiendo su rubia cabellera, exclamó: “¡Che, pero qué pebete tenés en la familia...!". El anhelo del pariente del pequeñuelo no se cumplió y, en vez de cantante, Karol se convirtió en médico del alma y de la mente y fecundo volador de alfombras mágicas, con el pilotaje de su prodigiosa imaginación. Gardel quedó encantado con el Pie de la Popa e interpretó "Barrio Plateado por la Luna...", "Mary, Peggy, Betty y July”, "Rubias de New York" y "Por una cabeza", con su impecable vestido entero de lanilla, color crema, y unos zapatos bellísimos, según testigos del ágape”.

Emprendería el regreso a Barranquilla para viajar a Medellín.

 

 



jueves, 19 de junio de 2025

Carlos Gardel en Barranquilla 2 al 6 de junio de 1935 / Víctor Bustamante


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Carlos Gardel en Barranquilla

 

Víctor Bustamante

 

Desde primero de junio se ambientaba la llegada de Carlos Gardel a Barranquilla; las noticias aseveraban que al llegar daría el saludo para iniciar el partido de fútbol entre panameños con barranquilleros. Pero el cantor llegaría con dos días de retraso, debido a las atenciones finas y memorables, procuradas por el presidente de Venezuela Juan Vicente Gómez. Como paradoja ambos morirían este mismo año; Gardel en junio en Medellín y Juan Vicente Gómez en diciembre.

Desde Caracas, se afirmaba que Gardel había conocido allí a Celedonio Palacios, administrador del Teatro Apolo de Barranquilla, pero creo que esa amistad venía desde antes ya que Celedonio con celeridad, había comprado algunos terrenos en La Patagonia para el cantor. Como Celedonio Palacios era también admirador de Gardel lo contrató para una temporada en Barranquilla, y luego lo convencería y acompañaría por una gira en Colombia.

Del puerto de La Guaira en Venezuela, Gardel viajó hacia Puerto Colombia a bordo del vapor “Presidente Gómez” puesto a su disposición por el dictador venezolano, llegando en la madrugada del domingo 2 de junio de 1935. Atracaron en el largo muelle que había sido construido mar adentro por Francisco Javier Cisneros. Según Le Pera una multitud los esperaba. Hacía mucho calor y los áridos cerros que rodeaban el lugar tenían aspecto de incinerados. Más tarde se trasladaron a Barranquilla, el tren hizo el recorrido de 15 kilómetros hasta la Estación Montoya y desde allí, con su comitiva, el cantor llegó en auto al Hotel El Prado. Barranquilla, tórrida, ardía entre los turistas americanos y paisas que descollaban por los pasillos del hotel. El invierno comenzaba y añoraban las brisas, de modo que aprovecharon las noches para largos paseos, y las horas más calurosas del día la pasaban cerca de la piscina, en el hotel.

Gardel y su comitiva fueron al día siguiente en la tarde a La Voz de Barranquilla, en la esquina del Paseo Bolívar con la carrera 41. Era un 2 de junio de mucho ajetreo, luego de ser entrevistado durante más de diez minutos por un periodista acucioso, Sansón Vellojín, y escuchados por sus fanáticos y curiosos al disponer parlantes hacia la calle, luego, cantó desde el balcón para agradecer el entusiasmo con el que más de 500 personas lo aclamaban en la calle, a la salida de la emisora. Gardel, en el segundo piso, saludó a las personas con sus manos y su amplia sonrisa y , enseguida, complació al público con tres de sus tangos más poderosos: Volver y Mi Buenos Aires querido Cuesta abajo, luego. A las seis y cuarto tomó su automóvil, y al montar pidió que dejaran encendidas las luces interiores para que lo siguieran viendo. Muchas personas corrieron detrás de él hasta el Hotel del Prado. La voz de Barranquilla era la primera emisora comercial de Colombia, fundada en 1929 por el ingeniero radioeléctrico Elías Pellet Buitrago.

Esthercita Forero, recordaba aquel día cuando Carlos Gardel visitó los estudios de La Voz de Barranquilla, era una adolescente de 20 años y vivía en el barrio El Rosario, a unas 10 cuadras de la emisora, y al respecto dijo: “Al enterarme, corrí como una loca por hasta el callejón de Progreso hasta llegar al Paseo Bolívar, y ya unas jovencitas de la alta sociedad habían ingresado y le pedían con insistencia su autógrafo para su álbum. Me ayudó a entrar Sansón Vellojín, él me había avisado previamente de su presencia. Cuando estuve frente a Gardel Vellojín le dijo que yo cantaba, así que me invitó a asomarme al balcón cantando con él. Al finalizar me preguntó si no tenía cuaderno para firmar. Le dije que no, entonces estampó su firma en la palma de mi mano”.

En la fachada del Teatro Apolo, para una publicidad temprana, apostaron un aviso de color verde que iluminaba las noches de la calle Caracas (53), entrada al barrio El Prado, que en forma intermitente repetía:  Gardel, Gardel, Gardel. El Teatro Apolo había sido construido por Alberto Osorio, quien fuera gobernador del departamento y se inauguró con la película El Zorro, con Douglas Fairbanks

Los promotores del evento en el Teatro Apolo enfatizaban en la presentación personal de Carlos Gardel, debido a que el Teatro Rex destacaba en avisos de prensa, un ciclo de películas: Luces de Buenos Aires y Tango en Broadway, dos diarias durante una semana, como una manera de calmar ‘la fiebre gardeliana’ que azotaba la ciudad y, además, para aprovechar su llegada con entradas a bajos precios.

El Rex fue construido por David Ferrero y administrado por Rafael Prudencio y Luis Carlos De la Espriella. Había sido inaugurado apenas medio año antes, el jueves 7 de febrero de 1935, con la proyección de “Seamos optimistas”, una película musical protagonizada por Shirley Temple. El diseño del teatro fue del arquitecto cubano Manuel Carrera quien también construyó otras edificaciones célebres de la ciudad como el edificio García, el edificio Scadta y la casa de Meira Delmar, entre otros.

Barranquilla estaba exultante por la llegada y la presentación, para el 4 y 5 de junio de 1935, de Carlos Gardel con sus guitarristas, Barbieri, Riverol y Alfredo Le Pera, compositor y letrista. Palcos, balcones, platea y galerías, toda una policromía de trajes desde el negro ceremonial para los caballeros, hasta los elegantes trajes rojos de algunas mujeres. Como el evento llamaba a la elegancia los hombres asistieron con saco y corbata y las señoras con sus mejores galas, entaconadas y medias veladas.

El Heraldo reseñó que lo de Gardel esa noche “fue una presentación fuera de todos los cálculos optimistas”. Las boletas para el espectáculo eran costosas: palco a 10 pesos; luneta numerada 1,66; palco de segunda fila 1,25; y 50 centavos, galería. Prohibían la entrada de niños menores de 10 años. Aun así, la venta de localidades, en el Teatro Apolo, se había realizado con entusiasmo y según los vaticinios, el día antes de la llegada de Gardel era complicado encontrar entradas, además se había vendido muchas localidades para la función del lunes. Al darse cuenta de que muchos se habían quedado sin boletas, en un gesto de simpatía, Gardel resolvió hacer dos presentaciones adicionales, con apreciable rebaja en los precios, sobre todo de palcos, que de diez pesos pasaron a costar sólo uno, mientras que para palco alto, 0,62 y galería, 0,32 centavos.

Barranquilla ya estaba lista para recibir y admirar a este popular cantor, al cual también se le decía, el Jilguero de las pampas. Ya muchas personas lo habían visto en algunas de sus películas, pero su simpatía la querían admirar desde otro punto de vista, en carne viva, personalmente.

El Caimán Sánchez estudiaba en el colegio Barranquilla, quería ser como Gardel. Le daba clases el maestro Biava, pero este lo sacó del grupo por no tener aptitud vocal. De tal manera, como el Caimán quería ser famoso se encaminó por los terrenos del Divino Zamora.

Desde el Hotel del Prado, en Barranquilla, Gardel le escribió una carta a su apoderado Armando Defino, contándole detalles de la gira. Decía: “La gira continúa con buen resultado económico, aunque ahora me ha tocado un país de moneda desvalorizada. Unas van maduras y otras… En Venezuela el resultado fue macanudo por la situación buenísima del bolívar y por la mayor importancia de las ciudades. Estuve una semana casi varado en Curazao debido a que el barco que debía llevarme a esta se atrasó cinco días. Los aproveché para dar una función popular (a más de cuatro otras a dos dólares la butaca) y para hacer una función doble en una isla petrolera cercana, Aruba, adonde fuimos en avión. Tanto Curazao como Aruba son islas holandesas. Sin embargo, todo el mundo me conoce allí y me quieren. Me llaman ‘el Patrón’. Hablan una mezcla rara de español y mis películas baten todos los récords. En Aruba me dieron por un día 900 dólares. De Barranquilla sigo en avión a Cartagena, Medellín y Bogotá. Estaré en esta ciudad alrededor del doce. Luego iré a Cali y por fin a Panamá. En Venezuela tiene una popularidad formidable el tango ‘Golondrinas’. Pero yo creo que con las músicas de ‘El día que me quieras’ todo el mundo boca abajo. Dice Le Pera que has hecho bien en registrar como podías las músicas que te mandó y que le alegra saber que has recibido los recortes. El mismo entusiasmo o más que habrás visto en esos recortes se advierten en todas partes y te prevengo que no es tarea fácil zafarse de empujones y entusiasmos excesivos. En Caracas fue el delirio”.

Unos años más tarde fue descubierta la correspondencia de Celedonio Palacios, revelando unas cartas que envió a su esposa, Diana, oriunda de Chubut, durante la gira por Colombia. “En el Apolo y el Real hemos estado un poco mal de entradas. La lluvia nos echó a perder la vespertina. Gardel en el Teatro Apolo trabajó por primera vez. Había más de 3 mil personas oyéndolo. Fue un exitazo rotundo”, cuenta Palacios en una misiva que escribió el 13 de junio de 1935.

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Bibliografía:

El Tiempo Bogotá

https://www.xn--lamaana-7za.uy/cultura/gardel-en-colombia/

Fotos antiguas de Barranquilla y Atlántico, la arenosa / Facebook

https://www.elheraldo.co/tendencias/2015/07/12/barranquilla-en-la-ruta-fatal-de-carlos-gardel/


lunes, 16 de junio de 2025

Revista La Lira de junio estará dedicada a Carlos Gardel / Álvaro Suescun

 

 Carlos Gardel, por Alfonso Hiram Redondo


Revista La Lira de junio.

Álvaro Suescun

Estará dedicada a Carlos Gardel (con ilustraciones de Alfonso Hiram Redondo, Jorge Restrepo, Álvaro Llanes, Keissy Castillo). 

Conmemoraremos los 90 años de su fatal accidente en Medellín. Artículos exclusivos de su vida y de sus canciones. Desde Argentina, interesantes textos de Pablo Darío Taboada y  Ricardo Stockdale, nos ilustran sobre pormenores de El Morocho del Abasto. El Dr Gustavo Múnera analiza el perfil sicológico del rey del tango. Jaime Monsalve, director musical de Radio Nacional de Colombia, relata los últimos días del Zorzal; De los legatarios de Hernán Restrepo Duque recibimos Las canciones colombianas en el repertorio de Gardel. Mauricio Restrepo, de la Academia de Historia de Antioquia escribe sobre interesantes anecdotas,  son 36 páginas de mucha música salsa con Miguel Iriarte, Alexis Méndez (Rep Dominicana), Adlai Stevenson, Gustavo Tatis (Cartagena), Ciro Quiróz, Julio Oñate (Vdupar), José Ma Torrijos (Panamá), Javier Franco Altamar, Carlos Polo, Gerardo Quintero (Cali), una nomina exquisita con los mejores, ¡siempre

lunes, 9 de junio de 2025

domingo, 8 de junio de 2025

Farolito de José Bohr / Tango en Chile / Víctor Bustamante

 

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Farolito de José Bohr

Tango en Chile /  

Víctor Bustamante

“Farolito” es, sin duda, el tango mas más reconocido de José Bohr. Además, es un tango muy popular que ha calado en buena parte del público latinoamericano, que lo asocia por su melodía y letra, a una melancolía profunda y a una añoranza que persiste, características comunes en el género. La canción expresa la imagen de un pequeño farol para simbolizar la luz o la esperanza que guía en la oscuridad que otorga la ingente soledad después de reaparecer el fuerte destello al recordar un amor pasado. En síntesis, el hombre devastado por la luz de un farol, que están presente en algunos tangos, lo acompaña en una noche más que negra, profunda y matizada de una tristeza donde él regresa en lo inaprensible, sus palabras y ensoñaciones, luego de tanto solaz junto a una mujer que ya se ha ido. Lo cual continúa con esa tradición de cantarle a la ausencia como eje fundamental en diversas canciones. Nadie escapa a una pena. Así este tango acompaña en una mesa a oscuras con licor y mucha ausencia.

Fue contratado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile para realizar un documental. Más tarde se radicó en Buenos Aires, donde compuso buena parte de los doscientos temas que acrecentaron el cancionero, tales como "Y tenía un lunar", "Cascabelito" y "Pero hay una melena", además de tangos publicitarios para casas de música.

Bohr, conocido por su versatilidad como cineasta, actor y músico, demostró con "Farolito" su habilidad para crear obras que resonaban emocionalmente con el público. De tal manera su tango se convirtió en un clásico y ha sido interpretado por diversos artistas, trascendiendo su época. En Colombia se ha popularizado la versión del Caballero Gaucho. En burdeles, y en casas de lenocinio de cierta elegancia fatua y contenida, en bares y cantinas a lo largo de pueblos y carreteras solitarias y polvorientas, a esa bohemia trashumante con borrachos consuetudinarios en domingos tristes, este tango ha estado presente, para expresar con su encanto triste, los ocasos de amores que naufragaron, en tantas personas y en diversas generaciones donde este tango expresa nada menos que esos sentimientos acérrimos, que desbordan cualquier vida, una de esas vidas anónimas que vemos cuando en un café un personaje salido de la baraja de la casualidad se instala a beber y a escucharlo, porque ese tango es su espejo donde se consuela. Así mismo, le sirve para abrir su mundo a una experiencia lejana ya que Bohr la ha escrito para este tipo de personas al borde un abismo momentáneo que solo calma el licor.

José Bohr, cuyo nombre real era Yopes Böhr Elzer, fue un creador multidisciplinario y sobresaliente en el ámbito artístico del siglo XX. Nació en Bonn, Alemania, el 3 de septiembre de 1901, y falleció en Oslo, Noruega, el 29 de mayo de 1994. Aunque nació en Alemania, se le considera un director de cine, compositor musical, actor, productor, guionista y director de fotografía chileno, ya que desarrolló gran parte de su carrera en Chile, así como en Argentina, Estados Unidos y México.

Fue un prolífico compositor de tangos, con cerca de doscientos títulos, algunos fueron interpretados por Carlos Gardel. Se le atribuye la invención de un instrumento musical: el serrucho. También fue cantante y director de orquesta.

"Cascabelito", es uno su tango más emblemático. José Bohr y tuvo un éxito notable, siendo incluso interpretado por Carlos Gardel. Otros son "Medias de seda", "Mía (Para ti)", "Por el camino", "Chiquilina", "La cabeza del italiano”, “No está", "Allá en el sur". También compuso otros temas populares en otros géneros como el foxtrot ("Oh París", "Pero hay una melena") y rancheras ("Titina"). Su capacidad para componer y su talento como intérprete lo hicieron una figura significativa en la música popular, especialmente en el tango.

Fue una figura pionera e innovadora en la cinematografía. Participó como protagonista en la primera película hablada en español realizada en Nueva York, "Sombras de gloria" (1928). Dirigió y participó en numerosas películas en México, Estados Unidos, Argentina y especialmente en Chile. En Chile, fue nombrado presidente de Chilefilms en 1940 y dirigió y produjo una veintena de filmes, muchos de los cuales también musicalizó, fotografió y editó. Algunas de sus películas destacadas son: "Si mis campos hablaran", "Uno que ha sido marino", "El Gran Circo Chamorro" y "Mis espuelas de plata".

Se destacó como actor en cine y en teatro, participando en obras como "Gaucho" en Broadway. Fue reconocido por su capacidad de "cantar hablando y hablar cantando" en sus grabaciones.

También fue autor de novelas y libros de memorias, como "¡Luz! ¡Cámara! ¡Acción! Retrospectiva de una vida" y "Desde el balcón de mi vida: 85 años de espectáculo y vitalidad en las sabrosas memorias del chansonnier de América".

José Bohr fue una figura clave en la cultura de masas de su tiempo, dejando un legado significativo en la música y el cine latinoamericano. Recibió el reconocimiento de "Hijo Ilustre de Punta Arenas" en 1976 y la Orden al Mérito Bernardo O'Higgins por el gobierno chileno.

 

Tango en el Homero Manzi. Orlando Torres, cantor.

 

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Tango en el Homero Manzi. Orlando Torres, cantor.

domingo, 30 de marzo de 2025

Henryk Gold's Orchestra - O Donna Clara, (Jerzy Petersburski) Tango en Polonia

 

Henryk Gold


Henryk Gold

Violinista y compositor. Nació en 1902 en Varsovia y falleció en 1977 en Estados Unidos.

Nació en una familia profundamente arraigada en la tradición musical. Su madre (de soltera Melodysta) provenía de una reconocida familia de músicos de klezmer, mientras que su padre era el flautista principal de la Ópera de Varsovia (falleció en plena función, cuando Gold tenía tan solo dos años). Su hermano, el músico Artur Gold, falleció en Treblinka.

La educación de Henryk Gold estuvo a cargo de un tío ruso, quien lo envió al Conservatorio Alexander Glazunov y luego a clases con Stanisław Barcewicz en el Conservatorio de Varsovia. A los 17 años, tocaba como violinista en la Filarmónica de Varsovia, trabajando simultáneamente como director de orquesta del ejército. Su educación y talento le abrieron muchas puertas, consolidándolo como un virtuoso.

Gold también se interesaba por la música popular. Fundó su propia banda, que actuó en algunos de los lugares más conocidos de la capital: en el famoso Café Ziemiańska, en la discoteca Adria y en el Teatro Morskie Oko. La banda y su música se hicieron famosas en todo el país, lo que le valió el reconocimiento de Karol Szymanowski, uno de los compositores polacos más destacados del siglo XX.

Henryk Gold también compuso música para valses, tangos y foxtrots, así como canciones como Jaśminy, Nie Odchodź Ode Mnie (No me dejes), Szkoda Twoich Łez Dziewczyno (No malgastes tus lágrimas, muchacha) y Tęsknota (Anhelo). Al estallar la Segunda Guerra Mundial, huyó a la URSS, donde, junto con Jerzy Petersburski, creó una orquesta sinfónica de jazz. Se unió al ejército del general Anders y abandonó la URSS con ellos.

Tras la guerra, Henryk Gold se instaló en Israel, donde compuso numerosas canciones, entre ellas Artsenu ha-ktantonet (Nuestro pequeño país), Ruach (Viento) y Shalom (Paz). Posteriormente, emigró a Estados Unidos, donde pasó el resto de su vida. Falleció en 1977.

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Jerzy Petersburki


Jerzy Petersburski

Autor de Tango Milonga - Oh Donna Clara - Henryk Gold Orchestra (1929)

Esta es una de las composiciones más famosas de todo el repertorio polaco.

Compuesta por Jerzy Petersburski . 

Jerzy Petersburski Nace   20 de abril de 1895 Varsovia, Congreso Polonia, Imperio Ruso.

Murió 7 de octubre de 1979 (84 años) Varsovia, República Popular de Polonia. Ocupaciones Pianista, compositor

Jerzy Petersburski (20 de abril de 1895 - 7 de octubre de 1979) fue un pianista y compositor judío polaco de música popular, conocido principalmente por sus tangos, algunos de los cuales (como To ostatnia niedziela, Już nigdy y Tango milonga / versiones en inglés y alemán: Oh, donna Clara) fueron hitos en la popularización del género musical en Polonia y siguen siendo ampliamente conocidos hoy en día, más de medio siglo después de su creación. [1][2]

Jerzy Petersburski nació el 20 de abril de 1895 en el seno de una conocida familia de músicos judíos de Varsovia, la familia Melodysta [pl] (por parte de madre). [3] Se graduó en el Conservatorio de Varsovia, donde fue enseñado por el profesor Antoni Sygietyński [pl]. Después de graduarse, Petersburski se trasladó a Viena, donde continuó sus estudios de dirección en la facultad de piano de la Academia de Música local. Pianista de talento, fue persuadido por su amigo Imré Kálmán para que se dedicara a la música popular más que a la clásica. En Viena también debutó como compositor para Alexander Vertinsky, un reconocido poeta y compositor ruso, famoso por sus romances.

A su regreso a Polonia, con su primo Artur Gold, cofundó la Orquesta Petersburski & Gold, que actuaba en el local nocturno de moda Adria. [4] Se hizo conocido por su música para cabaret y teatros en Varsovia. Entre ellos estaba Qui Pro Quo, de Julian Tuwim y Marian Hemar, uno de los cabarets polacos más famosos del período de entreguerras. A finales de las décadas de 1920 y 1930, Petersburski se convirtió en uno de los compositores polacos más populares, ya que varias de sus canciones se convirtieron en éxitos en la radio polaca y en teatros musicales de todo el país. Además de Marian Hemar, la lista de letristas de sus canciones incluía a algunos de los más renombrados de su época: Andrzej Włast, Emanuel Szlechter, Ludwik Szmaragd [pl] y Artur Tur [pl]. También los intérpretes de las canciones de Petersburski aumentaron su popularidad: Wera Bobrowska (Już nigdy), Hanka Ordonówna (Sam mi mówiłeś), Tola Mankiewiczówna (Ty, miłość i wiosna), Ludwik Sempoliński (Cała przyjemność), Chór Dana y Mieczysław Fogg (Bez śladu) y Adolf Dymsza (Ja i żonka ma).

A pesar de haber compuesto numerosos valses y foxtrots, así como dos operetas (Kochanka z ekranu y Robert i Bertram), Petersburski es más conocido por sus tangos. En 1928 compuso una canción para Stanisława Nowicka Tango Milonga. La canción se convirtió en un gran éxito y fue traducida casi instantáneamente a varios idiomas, ganando mucha popularidad en el extranjero, tanto en Europa como en América (el título en inglés y alemán es Oh, Donna Clara. La canción fue cantada por muchos artistas extranjeros, entre ellos Al Jolson, Henry Varny y Édith Piaf.

"Otra de sus composiciones típicas que alcanzó reconocimiento internacional fue To ostatnia niedziela (1933), con letra de Zenon Friedwald que describe el encuentro final de los ex amantes que se separan. En Polonia, To ostatnia niedziela se llama común y erróneamente el Tango Suicida, aunque el verdadero Tango Suicida fue la canción artística húngara Smutna niedziela (Domingo sombrío). Durante la década de 1930 [el tango de Peterburski] se convirtió en un enorme árbol de hoja perenne en la Unión Soviética como Utomlyonnoye sontse, donde se tocaba en prácticamente todas las esquinas. Era tan popular, que se consideraba su propia melodía rusa". [4]

Petersburski también escribió música para cuatro películas polacas en la década de 1930, incluyendo la exitosa Królowa przedmieścia de Eugeniusz Bodo de 1938.

Durante la invasión alemana de Polonia en 1939, Petersburski fue reclutado por la Fuerza Aérea Polaca. Después de que Polonia fuera invadida por la Alemania nazi y la Rusia soviética, escapó de los alemanes cazadores de judíos a la parte oriental de Polonia ocupada por los soviéticos. En 1940, se le permitió continuar su carrera y se convirtió en el líder de la banda de la Orquesta de Jazz de Bielorrusia. Interpretó muchos de sus éxitos de antes de la guerra con nuevas letras en ruso. Entre las composiciones originales de esa época se encuentra el muy popular vals Sinii Platochek (El pañuelo azul, título polaco Błękitna chusteczka) interpretado por Klavdiya Shulzhenko, que se convirtió en una canción popular bajo el nombre de El 22 de junio. Otra de sus canciones rusas populares (interpretada, entre otros, por la orquesta de Isaak Dunayevsky) fue Utomlionnoye solntse (Sol cansado), de hecho, una versión rusa de su To ostatnia niedziela de antes de la guerra. Véase también Quemado por el sol. También reorganizó la orquesta Petersburski & Gold, esta vez junto con el hermano de Artur, Henryk Gold.

Después del Acuerdo Sikorski-Mayski de 1941, se unió al II Cuerpo polaco bajo el mando de Władysław Anders. Evacuado de la Unión Soviética con el resto del ejército polaco a Persia, se trasladó a El Cairo, donde comenzó a trabajar para la Radio Polaca.

En 1947 viajó, vía Palestina, a Brasil, donde tenía un dúo de piano con su amigo de la Polonia de antes de la guerra, también compositor judío polaco, Alfred Schuetz. De 1948 a 1968 vivió en Argentina, trabajando con Radio El Mundo en Buenos Aires. Durante este tiempo, compuso la exitosa canción Todos los caminos conducen a Buenos Aires, parte de la cual se convirtió en un famoso jingle de radio. También codirigió la orquesta del teatro El Nacional con el famoso actor de cabaret judío-polaco Lopek (Kazimierz Krukowski). [4] Después de la muerte de su esposa Maria Minkowska durante el terremoto de 1967, Petersburski se mudó a Caracas, Venezuela y en 1968 regresó a Polonia. En 1968, después de establecerse en su amada Varsovia, se casó con Sylwia Klejdysz, una cantante de ópera. Su hijo, Jerzy Petersburski Jr., nació en 1969. Jerzy Petersburski murió en Varsovia en 1979.

 

viernes, 28 de febrero de 2025

Alonso Galdini - Medellín

 

Alonso Galdini




Fabio del Castillo y Alonso Galdini


Fabio del Castillo y Alonso Galdini




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Cortesía de Victoria Eugenia, hija de Alonso Galdini

Ada Román. Medellín

Ada Román.
Medellín

 

La Tango-vía de Medellín, César Pagano

 

                                                                        César Pagano




El Tiempo, 14 de marzo. 1987



jueves, 30 de enero de 2025