jueves, 6 de agosto de 2020

Jairo Osorio / su Antología de Tango


Jairo Osorio / su Antología de Tango

Jairo Osorio es periodista, escritor, fotógrafo, director de la Editorial de la Universidad Autónoma Latinoamericana donde realiza una labor extraordinaria en pos de la cultura en la ciudad.  Aquí nos entrega su antología matizada de algunos comentarios.

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San Ángel, Rionegro, 30 de julio de 2020

Mi querido Víctor, aunque escuché tangos desde la más tierna infancia, tres o cuatro años, diariamente, casi todo el día, nunca tuve la inteligencia ni la paciencia de aprenderlos con sus nombres y autores, como los hermanos y los amigos. Me gustaron, me gustan todavía, pero como una melodía de fondo, no como una obsesión ni una tara insufrible, porque además me gustan otras músicas tanto como ésta.

Trataré de escogerte hoy los que me gustan hoy. No soy amigo de absolutos, no puedo serlo. He sido siempre un hombre sin partido, sin precio, sin obsecaciones… Puede que ya mañana sea otra la selección, pero todas son igualmente precisas. Me atrevo.

Cinco tangos instrumentales.

En mi época escuchábamos los tangos “guitarreados”, incluso gangosos. Los oíamos en pianos Wurlitzer de veinticuatro discos. No recuerdo en esa época ninguno instrumental, eso ocurrió hace poco. Digo treinta o cuarenta años, apenas, cuando nos llegó la imagen de Piazzola, y fuimos a escucharlo al Teatro Pablo Tobón Uribe. O sea que inevitablemente tiene que haber uno o dos temas del argentino Astor Piazzola en esta lista. “Soledad”; “Adiós, Nonino” (para bandoneón y orquesta); “La payanca” de Enrique Mora; la misma “Cumparsita”, “La catrera”, de Mario Demarco; “El taita del arrabal”, de Joaquín Do Reyes.

Cinco tangos de ayer (hasta 1955)

Como no soy experto, casi todos, me gustan, Víctor. “Me están sobrando las penas”, de Carlos Bahr. Varios lo cantaron, y Aníbal Troilo lo interpretó también. “Por eso te quiero”, versos de Reinaldo Yiso y música de Carlos Dante, pero hay otras versiones. “Amigos que yo quiero”, de Edmundo Rivero. “Inmundo” Rivero, decíamos en bronca, nosotros los muchachos. “La morocha”, de Enrique Saborido. Como dejar a Julio Sosa por fuera, con “Permiso, soy el tango”, “Dios te salve, mi viejo”, o “Sus ojos se cerraron”. De Azucena Maizani, “Esta noche me emborracho”, “Madrecita, yo me muerto”, “No salgas de tu barrio”, o “Virgencita de arrabal”, que era lo que escuchábamos cuando los borrachos la oían en los pianos de nuestros bares. “Tinta roja”, de Cátulo Castillo, “Uno”, de Enrique Santos Discépolo. “Sur”, de Enrique Cadícamo… cómo dejarlos afuera. Vos, en definitiva, sos estricto… Son tantos. 

Cinco tangos de hoy (después de 1955)

O sea, muchacho, la modernización del tango. El año en que un cantante blanco en Estados Unidos comienza a cantar música de negros… Elvis Presley. Y el año, también, en que derrocan a Perón. Bueno, lo que no sé es si los tangos son de estos años, pero también los oíamos.

“La calesita”, la película de Hugo del Carril, sobre el tango homónimo de Cátulo Castillo y Mariano Mores. Y “El día que me quieras”, también interpretada por Hugo del Carril, y basada en la canción de Alfredo Le Pera. “La pulpera de Santa Lucía”, cantada por Alberto Castillo. “Cuando estemos viejos”, cantado por Jorge Falcón. Alguno del Sexteto Tango (“Frente a una copa”, “Quejas de bandoneón”, “Amurado”, “Eso es amor”, qué sé yo…). Alguna de Susana Rinaldi (la vi tres días seguidos, igual en el Teatro Pablo Tobón Uribe): “Por qué canto así”, “El último organito”.

Cantor: (excepto Gardel) Agustín Magaldi, Ignacio Corsini… Es decir, los viejos contemporáneos de Gardel. Roberto Goyeneche, por su voz de cemento que gusta.

Cancionista: Alba Solís, también actriz. Y Libertad Lamarque, si me la dejás escoger.

Letrista: Enrique Santos Discépolo y Cátulo Castillo

Músico: Quién escoge… Julio Sosa, Mariano Mores, Francisco Canaro, Leopoldo Federico… No jodás, Víctor.

Orquesta: La de Aníbal Troilo; Armando Pontier y su Orquesta Típica. Habría que incluir, modernamente también la de Astor Piazzola. No lo dejemos por fuera, a pesar de las controversias.

Mi querido Víctor, servido. Abrazo.

JAIRO OSORIO GÓMEZ

Una muestra de cuarentena, es decir, contagiada.


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