miércoles, 14 de noviembre de 2007

Centenario de Homero Manzi






Homero Manzi
Homero Nicolás Manzione, Homero Manzi, nació en Añatuya, Santiago del Estero, estudió en el Colegio Luppi, en Centenera y Fray Mamerto Esquiú, e hizo del barrio de Pompeya la escenografía de la mayoría de sus sueños. En las inmediaciones de ese lugar se desarrolla “Manoblanca”, un bellísimo tango curiosamente optimista sobre un “carrerito del Este” que se ufana de la mujer que lo ama y dice: “esta noche me esperan sus ojos en la avenida Centenera y Tabaré”.
El fue quien evocó un pasado mítico en el sur porteño, cantó a los amores perdidos y a los cielos añorados, y fue el culpable de que hoy Boedo sea un barrio en la nomenclatura porteña y no sólo una calle que se cruza con San Juan.Junto a su pasión lírica, que dio títulos imborrables en la memoria rioplatense, Manzi fue también lo que en los 60 se llamó “un intelectual comprometido”. Su camino político fue paralelo al de Raúl Scalabrini Ortiz y Arturo Jauretche, quien declaró públicamente que lo consideraba su guía, y al de otros jóvenes intelectuales que venían de la Década Infame preocupados por el destino y la identidad del país.
Como poeta y contemporáneo de Enrique Santos Discépolo no incursionó en el lunfardo; su tango no es el de las orillas metafóricas o concretas, sino el de una clase trabajadora que se iba perfilando en la década del 40. Todo el mundo recuerda “Sur” y “Barrio de tango” cuando de él se habla, porque pocos escribas pudieron alcanzar sus alturas con algo tan vecinal como “la esquina del herrero barro y pampa” o “el misterio de adiós que deja el tren”.
Esos tangos con música de Aníbal Troilo no pueden opacar brillos menores, pero brillos al fin, como “Malena” y “Mañana zarpa un barco”, con Lucio Demare, “El último organito” con su hijo Acho o el vals “Romance de barrio”, también con Pichuco.
Su primera y olvidada composición, “¿Por qué no me besas?” (1921) significó su acercamiento posterior a Troilo por medio de su coautor, Francisco Caso, lo que facilitó la aparición de un dueto autoral incomparable, interrumpido por su prematura muerte el 3 de mayo de 1951. También la milonga estuvo entre sus creaciones: con Sebastián Piana dio a conocer delicias como la trilogía “Milonga sentimental”, “Milonga triste” y “Milonga del 900”, que integran un stock de más de un centenar y medio de composiciones.
Homero fue brevemente periodista y trabajó como profesor de literatura, pero en 1930 fue expulsado por la dictadura de Uriburu, que también lo encarceló un tiempo. Entonces organizó una compañía de danzas que recorrió varias provincias y países limítrofes.Trabajó en teatro, radio y cine; fue mentor y cofundador de Artistas Argentinos Asociados -con Lucas Demare, Enrique Muiño, Francisco Petrone y Sebastián Chiola- cuyo primer título fue “La guerra gaucha
(1942).Guionista de “Nobleza gaucha”, “Con el dedo en el gatillo”, “El camino de las llamas”, “Todo un hombre” y “Pampa bárbara”, entre una veintena de títulos, también se dio el gusto de dirigir. Fue en “Pobre mi madre querida” y “El último payador”, ambas con Hugo del Carril, en las que recreó a José Betinotti como personaje, el payador que acercó la música de origen rural al medio urbano.

(La Gaceta)

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En el Homero Manzi, noviembre 3, fue celebrado el natalicio del gran compositor argentino.
El crítico musical Gustavo Escobar y José Rua dieron una conferencia sobre diversos aspectos de la vida y de las composiciones de Homero Manzi, así como la anotación de que Manzi compuso un porro en compañía de Efraín Orozco.
A continuación David Gutiérrez interpreto algunos tangos acompañado por el maestro Rodrigo Montoya y su hija Alejandra.



Gustavo Escobar y José Rúa en plena conferencia.


David Gutierrez acompañado por el amestro Rodrigo Montoya y su hija Alejandra


La guapa Luz Ofelia Gallo se roba la escena, Harold Dávila acompaña en esta noche de tango.

La envidiada vanidad Natalia Fernanda Álvarez Arenas y Elizabeth Benjumea López.














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