sábado, 16 de julio de 2011

Orlando Ramírez Casas:



HOLA; JOVENES






Orlando Ramírez Casas




El Festival de Tango de Medellín 2011 apenas termina, y apenas empezamos a tener balances y opiniones sobre el mismo. Don Rodrigo Pareja Montoya, cuyo programa de tango en Colmundo Radio es extraordinario y se sale de lo común, ha hecho un balance que con el título "El tango es más que Gardel" publica hoy el periódico El Mundo en la columna Entretelones.
En mi caso estuve muy pendiente de la actividad académica representada en la invitación que la Asociación Gardeliana de Colombia le hizo a don Ricardo Ostuni para dar charlas sobre tango en Medellín, y apenas diría que estuve de paso por las actividades artísticas programadas.
Los paisas somos bastante folclóricos y bastante montañeros, no hay que negarlo. No sabemos distinguir entre lo que es una presentación profesional y lo que son actividades cotidianas amateurs. Está bien que durante el año las escuelas de danza tengan actividades de capacitación y preparación de bailarines. Está bien que durante el año hagan concursos y eliminatorias para seleccionar cuáles de esos bailarines ya han alcanzado un nivel profesional que los capacite para representar a la ciudad en encuentros foráneos. Está bien que una o dos de esas parejas ganadoras se intercalen en presentaciones para el festival, un festival que se supone debe atraer turistas para presenciar una actividad única. Pero hacer las eliminatorias dentro del festival y poner a los artistas traídos de fuera como relleno, es algo de lo que ya me cansé. Hacer del festival un acto público final de guardería en la que los párvulos muestran sus gracias para aplauso de los padres, tíos y abuelos de las criaturas, es algo fuera de tono. Presentar a un retardado y agripado señor Héctor Agustini como si fuera la máxima sapiencia tanguera y él se limitó a dar "un saludo a mis patrocinadores, a mi apá, a mi amá, a la prensa hablada y escrita, a los fanáticos, a los que me han apoyado..." como si fuera un ciclista boyacense, es algo que no se justifica. Traer a un hombre que fue gloria del canto, que fue gloria tanguera, que es un recuerdo venerable de una época ya ida, y presentarlo a sus casi 90 años con la voz cascada, es una falta de respeto con él y con el público. Los empresarios nos han colgado un sombrero de minusvalía a los antioqueños, y esa minusvalía la tenemos merecida porque comemos cuento y lo tragamos sin masticarlo. Otros harán el balance de la parte artística de este festival pero, por mi parte, y viendo los toros desde la barrera, la considero pobre. Muy pobre.

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1 comentario:

Camilo Velásquez Giraldo dijo...

Bien por su reseña, señor Ramírez Casas, e ignore a aquellos que quieren tapar el sol con las manos. La verdad debe salir a relucir aunque los organizadores del FESTIVAL DE TANGO 2011 quieran ignorarla.

Camilo Velásquez Giraldo